La eterna juventud de Iván Pastor

Acción. Iván Pastor descuenta los días que le quedan para lanzarse de nuevo al mar. Ya percibe el sonido de las olas. En pocas jornadas, el deportista alicantino arrancará su decimoséptima temporada como regatista profesional. La que inaugura un nuevo ciclo olímpico. La que representa el principio de una aventura concebida para concluir en Tokio, en los Juegos Olímpicos del año 2020. Porque esa, y no otra, es la intención del representante del Proyecto FER. A sus 36 años, e inmerso en una especie de eterna juventud, Iván Pastor esquiva la desmotivación y la apatía. Continúa experimentando la atracción por el frenesí de la competición. Por el vértigo de los campeonatos. Por ello, de momento, ni se plantea el abandono del máximo nivel.

El año 2017 se inaugura para Iván Pastor con la participación en el Campeonato de España, certamen fijado para la última semana del mes de febrero en Cádiz. En aguas andaluzas, el regatista alicantino intentará certificar su hegemonía doméstica en la modalidad de RS:X y perseguirá su quinta corona nacional de la disciplina. Con anterioridad, ya se adjudicó las ediciones de 2006, 2007, 2010 y 2011. Aunque el deportista FER es el principal favorito para llevarse el título, Iván es consciente de que, durante este nuevo ciclo olímpico, “voy a tener más rivalidad en las competiciones domésticas. Hay un ramillete de 4 o 5 chicos más jóvenes que yo que han crecido y que van a exigir mi mejor versión”, explica el deportista de Santa Pola.

En todo caso, el Campeonato de España que se celebra en pocos días en Cádiz es solo el banderazo de salida a un 2017 con dos grandes acontecimientos en su calendario. En mayo, Iván Pastor afrontará en Marsella el Campeonato de Europa, competición que Iván Pastor ha disputado en 10 ocasiones y en la que alcanzó su mejor posición, una tercera plaza, en la edición de 2011 celebrada en Bulgaria. Para octubre, quedará la gran cita del año, el Campeonato del Mundo, una prueba con un gran simbolismo porque se celebrará en Tokio, en las mismas aguas que acogerán los Juegos Olímpicos de 2020, los que podrían ser los quintos para Iván Pastor, tras los de Atenas, Pekín, Londres y Río de Janeiro.

A Iván Pastor, se le resiste el diploma olímpico. Lo rozó en Pekín 2008, fue noveno, y lo acarició en Río 2016, donde repitió la novena plaza. Por ello, quiere presentarse en Tokio 2020. Primero, a ser posible, para luchar por las medallas; y después, si el podio no es posible, para, cuanto menos, acabar una competición olímpica entre los 8 primeros. Pero Iván no está dispuesto a estirar su carrera deportiva cuatro años más “por una simple cuestión de orgullo personal. Lo hago porque me siente fuerte, con ganas, con motivación. En óptimas condiciones físicas y anímicas”, explica el regatista alicantino. Ya es toda institución en el deporte español. Ahora, en este nuevo ciclo olímpico, busca la excelencia.