DOSIER Proyecto FER 2020

13 12 Con el paso de los años, empecé a ser consciente de que, cuanto más recurría a ti, mejor funcionaban todas las cosas que me importaban. Era feliz. Querido esfuerzo, ¡Hace tanto tiempo que estamos juntos! Te empecé a conocer cuando era una niña de 12 años que algunos días se tenía que levantar a las 6:00 para ir a nadar. Por aquel entonces, ni siquiera imaginaba qué podía pasar en el mundo a esas horas. Al poco tiempo, ya era una rutina ir a nadar por la mañana y luego, al colegio, con el pelomojado y las gafas marcadas en los ojos. Lo cierto es que aún recuerdo esa sensación de calma estando en el agua, mientras el resto del mundo dormía. Me di cuenta de que, si quería hacer las cosas bien, sacar buenas notas y disfrutar de la competición, tenía que contar contigo. Conel pasode losaños, empecéaser conscientedeque, cuantomás recurríaa ti, mejor funcionaban todas las cosasqueme importaban. Era feliz. Más tarde, los dos dimos un buen salto de calidad. Con sólo14años, empecé a entrenar en el Centro deAltoRendimiento de Sant Cugat con uno de los grupos de entrenamiento de la Real Federación Española de Natación. ¿Te acuerdas de que enmi cabeza sólo había sitio para la ilusión? Sabía que iba a ser lamás pequeña demis compañeros; sabía que iba a tener que estar lejos de mi familia; y sabía que iba a elevar al cuadrado mi entrenamiento de entonces (ya me lo advirtieron). Fue curioso que nunca tuviera ni una mínima duda, ni una pizca de miedo. Para mí, era sencillo, te tenía a ti. En realidad, me enfrentaba a lo que había estado practicando durante años y no me asustaba incrementar el nivel de exigencia. La solución era simple: estar más unida a ti que nunca. Me ayudaste a pasar por todo tipo de situaciones. Y también, a distinguir cuáles valían la pena y cuáles no. Más adelante, cuando empecé a estudiar Medicina, la situación se complicó todavía más. Cada año planteaba un reto superior al anterior. Como suelo decir, hacer natación de alto nivel y estudiar Medicina es como hacer dos trabajos de jornada completa a la vez. Contigo a mi lado, con una organización milimétrica y con la ayuda de profesores y entrenadores, lo hemos sacado adelante más que satisfactoriamente. Ha habido momentos muy duros. Tan duros, que nos quedamos solos tú y yo. Ni mis personas más cercanas podían hacerse a la idea de hasta dónde estábamos llegando para intentar que no nos superara la situación. No voy a mentir, muchas veces me sentí algo superada. Desbordada. No obstante, también nos dimos cuenta de que lo que hoy parece un reto insuperable, mañana parecerá que no era para tanto, porque estarás delante de un desafío mucho mayor. Y ahora que vivimos en la generación de la inmediatez, donde todo parece fácil y de película, te agradezco a ti, mi esfuerzo, el haberme demostrado que las cosas que dependen mucho de ti son las que más merecen la pena. Gracias por todo lo que me has enseñado. Sin duda, hoy soy lo que soy gracias a ti. Con mucho cariño, Lidón Muñoz del Campo LIDÓN MUÑOZ DEL CAMPO Natación Natació Cartas

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