Bárbara Pardo: la aventura no ha hecho más que empezar

Bárbara Pardo (Antella, Valencia, 26 años) está en la cresta de la ola. La palista FER, una de las más exitosas figuras del deporte valenciano en 2025, nunca olvidará esta temporada. Ha sido el año de su eclosión, de su irrupción. Como integrante del cuarteto español en la prueba del K4-500m, ha sido partícipe de una trilogía mágica: oro en la Copa del Mundo, plata en el Campeonato de Europa y, sobre todo, oro en el Campeonato del Mundo, un logro sin precedentes en el piragüismo femenino nacional. Un memorable triángulo de podios que ha erradicado las acuciantes dudas de principio de temporada, y que le ha permitido paladear el momento más dulce y próspero de su carrera deportiva.

Pero, en realidad, la aventura acaba de empezar. El camino es muy largo. Eso sí, el inicio no ha podido resultar más esperanzador. Pese a llevar muy poco tiempo juntas, pese a haber empezado como cuarteto el pasado mes de abril, los resultados han sido asombrosos, prodigiosos. Bárbara y sus tres compañeras de embarcación (Sara Ouzande, Estefanía Fernández y Lucia Val) han generado una enorme perplejidad. “Todo lo que ha ocurrido en 2025 ha superado mis expectativas. Pero lo más impactante, sin duda, fue lo vivimos en el Mundial. Ganar a rivales como China, Australia, Nueva Zelanda o Hungría, lo de ganar un Mundial… no tiene nombre. Me lo dicen a principios de año y no me lo hubiera creído”, cuenta Bárbara, la más joven del cuarteto nacional.

Precisamente pese a su juventud, la trayectoria de Bárbara Pardo ya es dilatada, y también, quebrada, sinuosa. Nada fácil. Presenta no pocos arañazos, no pocas heridas. En el cuerpo, pero, sobre todo, en el alma. No obstante, la palista valenciana es todo un ejemplo de perseverancia, de resistencia. A principios de año, tenía serias dudas de si merecía la pena seguir o si era mejor abandonar. Pero, si de algo puedo presumir, es de no perder nunca la confianza en mí y de levantarme tras momentos de crisis. Además, estoy segura de que mi padre, ya fallecido, me hubiera animado a continuar. Ahora, estará orgulloso. También le dedico todas estas alegrías a mi familia y a toda esa gente que siempre ha confiado en mí; por ejemplo, Julio González Micó, mi primer entrenador desde que empecé en el piragüismo”, explica la palista de Antella.

Ahora, como tantas otras veces, se presenta el gran reto para Bárbara y sus tres compañeras. Han llegado a la cima, han alcanzado la cúspide, y el desafío pasa por mantenerse. La deportista FER siempre se muestra optimista cuando se le pregunta sobre el futuro: “Sigo pensando que tenemos margen de mejora. Si llevando juntas apenas medio año hemos logrado estos espectaculares éxitos, tenemos que ser optimistas a la fuerza. Hay muchos detalles que podemos pulir para ser todavía mejores”, comenta Bárbara, que afronta 2026 con el objetivo y la dificultad de seguir su propia estela, su propio buen hacer del pasado curso.

Bárbara Pardo y las suyas tienen tres grandes citas en 2026: del 8 al 10 de mayo llegará la Copa del Mundo en Hungría; entre el 10 y el 14 de junio, el Campeonato de Europa en Portugal; y desde el 26 hasta el 30 de agosto se abrirá paso el Campeonato del Mundo en Polonia. Son tres eventos clave para demostrar que la apoteosis de 2025 no ha sido un accidente, ni flor de un día, ni un fenómeno aislado, sino todo lo contrario. El piragüismo internacional ya examina exhaustivamente al cuarteto español que ha deslumbrado este año y Bárbara está ante el más difícil todavía: demostrar que va muy en serio a por su billete olímpico de Los Ángeles.