En apenas 4 días, este próximo viernes, se inicia en Bakú el Campeonato de Europa absoluto de gimnasia rítmica. Es el primer gran evento internacional en el que Alejandra Quereda ejercerá como nueva seleccionadora nacional. Y es el primer certamen en el que la ReFERente del Proyecto FER ha de tomar sus primeras decisiones realmente serias y complicadas. A pocas jornadas de que arranque el Europeo en la capital de Azerbaiyán, la subcampeona olímpica en Río 2016 se enfrenta a un gran dilema. Todo un quebradero de cabeza que tiene como protagonistas a tres deportistas del Proyecto FER.
A principios de abril, Alejandra Quereda determinó que las jóvenes María Añó y Noa Ros, ambas de 16 años, eran las elegidas para competir en el Campeonato de Europa de Bakú. Una decisión que suponía prescindir de Polina Berezina, deportista más experimentada. Sin embargo, las circunstancias y los imprevistos (en concreto, dos lesiones) han motivado que aquella convocatoria no sea todo lo firme e inapelable que parecía en un principio.
El destino, siempre caprichoso e imprevisible, quiso que, pocos días después de que se hiciera pública aquella elección, las dos gimnastas seleccionadas sufrieran sendos contratiempos. Tras las Copas del Mundo de Pesaro y Sofía, María Añó padeció una rotura fibrilar y Noa Ros, una dolencia en el talón derecho. Obviamente, ambas tuvieron que parar durante unos días. De hecho, María no acudió a la Copa del Mundo de Guadalajara, cita que se celebró el fin de semana del 3 al 5 de mayo y que, inicialmente, figuraba en la agenda de la deportista de Benicarló.
Al tiempo que Añó y Ros no se entrenaban, Polina Berezina, la descartada en un principio, demostró madurez y personalidad. Superó la decepción inicial y siguió a lo suyo. Polina sí compitió en Guadalajara, donde, curiosamente, completó la mejor Copa del Mundo de su carrera deportiva.
Felizmente, María Añó y Noa Ros se han recuperado en tiempo récord. Casi de forma milagrosa. Aunque no se encuentran al 100%, están para competir en el Europeo de Bakú. Con tal escenario, Alejandra Quereda tiene ante sí toda una papeleta. Un jeroglífico difícil de desentrañar y descifrar. Sus apuestas iniciales están físicamente aptas. Pero también Polina se ha reivindicado y ha demostrado ser merecedora de su confianza. “La verdad es que todavía no tengo claro qué va a pasar. Viajamos el martes, pero no decidiré por quién me inclino hasta el miércoles, día límite de inscripción. Es todo un dilema. Para ser mi primer Campeonato de Europa como seleccionadora, las circunstancias me han puesto a prueba, desde luego”, reconoce Alejandra Quereda.
Lo que sí tiene prácticamente decidido la seleccionadora es su intención de que sean dos las gimnastas que comparezcan el el tapiz de Bakú. Cada país ha de completar 8 ejercicios. Y puede cubrir estas dos rotaciones completas con dos o con tres deportistas. Aquí Alejandra apenas titubea: “Decida lo que decida, elija a quien elija, tengo casi claro que serán dos, y no tres, las gimnastas que compitan. La otra opción es que actúen las 3. En este segundo caso, una haría 4 aparatos, otra, 3 ejercicios y la última, solo 1. Pero repito, al 99%, competirán dos y cada una de las 2 hará los cuatro ejercicios, la rotación completa. De esta forma, tenemos más posibilidades de que una de las 2 se meta entre las 20 mejores de todas las que hagan los cuatro ejercicios o el all around. Y ello, de cara al Europeo del próximo año, es muy importante”, explica la ReFERente del Proyecto FER. La solución, en pocos días. La jefa del tapiz tiene la palabra.