Un mes inolvidable. 31 días memorables. Entre el 4 de septiembre y el 5 de octubre, la judoca Aitana Díaz ha acelerado. Ha relanzado su carrera deportiva. Ha protagonizado toda una eclosión. El 4 de septiembre, se proclamaba campeona de Europa junior en Bratislava. Este pasado domingo, 5 de octubre, se colgaba la medalla de plata en el Campeonato del Mundo, en Lima, Perú. Dos espectaculares conquistas que sitúan a la judoca FER en una nueva dimensión. En otro nivel. Aunque todavía seguirá siendo junior en 2026, Aitana (19 años, nacida en Madrid, pero empadronada en Valencia desde 2021) pide paso. Se reivindica para empezar a disputar los grandes torneos internacionales de categoría absoluta, los Grand Slam.
A diferencia de lo ocurrido a principios de septiembre en el Europeo, en el que las cuatro victorias alcanzadas llegaron en el Golden Score, este pasado domingo, en el Mundial de Lima, Aitana (categoría de menos 48 kg) sólo se vio obligada a resolver una contienda, la semifinal, en el tiempo adicional. Los tres triunfos restantes se certificaron dentro de la duración convencional (cuatro minutos) de cada combate. Especialmente meritoria y valiosa resultó la segunda victoria, la correspondiente a la ronda de octavos de final. Se produjo ante la sueca Tara Babulfath, bronce en los Juegos Olímpicos del pasado verano. Además, se da la curiosa circunstancia de que, en el siguiente cruce, en los cuartos de final, se midió y superó a la rumana Laura Bogdan, a la que ya se impuso en la misma ronda, los cuartos de final, del Europeo. Aitana sólo perdió en la final, ante la japonesa Sachiyo Yoshino.

“Estoy muy feliz. Han pasado 48 horas y todavía no he asimilado que soy subcampeona del mundo. Lo que ha ocurrido en el último mes ha sido una locura. La temporada no estaba siendo nada fácil. En lo deportivo, no había dado mi mejor nivel. Y en lo médico, recuerdo que, durante el mes de junio, tuve que estar hospitalizada durante una semana a causa de una infección en la pierna. Por ello, estos dos éxitos me generan una gran emoción” señala Aitana, quien añade: “Quizás, valoro más esta plata mundialista por lo que tiene de validación, de confirmación del oro europeo. Es decir, he demostrado que el título de campeona de Europa no era ninguna casualidad y que me encuentro entre las mejores del panorama internacional. Tras el oro europeo, afrontaba el Mundial con más presión. Y lo he gestionado muy bien, tanto en el terreno deportivo como en el mental”, comenta la deportista FER.
Con respecto a las técnicas, a las formas, con las que ganó los cuatro combates, también hubo diferencias entre el Mundial y el Europeo. En el certamen continental de hace un mes, todas las victorias llegaron mediante el judo de suelo; es decir, inmovilizando a su rival sobre el tatami. En el torneo mundialista del pasado fin de semana, consiguió tres triunfos gracias al judo de pie (ya fuera un yuko o un ippon) y dos con judo de suelo.
Tras este gran éxito en el Campeonato del Mundo junior, a Aitana Díaz aún le quedan dos torneos para cerrar 2025. A finales de este mes, afrontará el Campeonato de Europa sub-23 en Moldavia. Y ya en noviembre, el Campeonato de España absoluto. La judoca FER está pletórica y no se pone límites. Ni al corto ni al medio plazo. “Es más, lo logrado en las dos últimas semanas me hace ver que puedo optar sin complejos a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. Lo tengo difícil, claro, pero no más que otras aspirantes de nuestro país”. Aitana sueña en grande. Quién se lo iba a decir cuando, siendo una niña, se aficionó a las artes marciales viendo la serie de dibujos animados Bob Esponja…