Gonzalo Suárez, Claudia Adán y Lara Himmes: de la angustia a la satisfacción en el Mundial de vela clase ILCA

Antes del evento, el destino se presentaba exótico, imprevisible, lejano e inhabitual. Durante la competición, se reveló como desconcertante, desesperante, incómodo y poco recomendable. Tres componentes del Proyecto FER han vivido una experiencia insólita, casi inaudita, en Qingdao, ciudad china bañada por el Mar Amarillo, y que, durante la semana pasada, acogió los Campeonatos del Mundo de vela clases ILCA 6 e ILCA 7. Gonzalo Suárez, Claudia Adán y Lara Himmes, los protagonistas de esta historia, son todavía muy jóvenes. Es decir, aunque ya acumulan ciertas vivencias, sus trayectorias todavía son incipientes. No obstante, parece difícil que, en un futuro, se enfrenten, de nuevo, a un escenario como el sufrido hace unos días en aguas chinas. Sin una brizna de viento, estuvieron cuatro días con las embarcaciones paradas. Y con los nervios, alterados.

“Jamás habíamos estado cuatro días seguidos sin navegar. Nos habían advertido de que, en este campo de regatas, los vientos apuntaban a flojos, pero, una vez allí, eran imperceptibles, inexistentes. Que haya una jornada o dos sin viento, se puede sobrellevar. En mayor o menor medida, a todos nos ha ocurrido. Pero cuando ya son cuatro jornadas consecutivas, la incertidumbre, la ansiedad y los nervios te afectan. La espera es lo peor. Incluso, llegamos a pensar que no podríamos realizar ni una regata. Menos mal que, el viernes y, sobre todo, el sábado, las condiciones mejoraron y tuvimos la oportunidad de hacer 5 regatas. Pese a todo, esperemos no volver nunca a este destino”, coinciden en comentar Gonzalo, Claudia y Lara.

A pesar de esta odisea, convertida en toda una prueba de madurez, los tres regatistas FER salvaron los expedientes con solvencia. Sobre todo, Gonzalo Suárez (L’Alfàs del Pi, Alicante, 23 años), quien reforzó su más que interesante y prometedora evolución. Del total de 137 competidores, Gonzalo ocupó una más que notable 21ª plaza. Además, fue el mejor de los cinco españoles presentes en el Campeonato del Mundo clase ILCA 7. “Estoy contento. Sobre todo, porque me mostré bastante regular y estable en las cinco regatas que pudimos hacer. Pese a la incertidumbre de los primeros días, he vuelto con buenas sensaciones”, comenta Pérez Suárez que, en semanas anteriores, ya había logrado resultados muy meritorios: en el Trofeo Princesa Sofía de Mallorca, fue 27º (de 170 participantes); y en la Copa del Mundo de Hyéres, Francia, acabó en el 21º puesto (de 112 regatistas).

Mientras, las féminas Claudia Adán y Lara Himmes también han regresado con buenas conclusiones. De una nómina de 99 competidoras, Claudia concluyó en la 43ª posición y Lara finalizó en la 49ª plaza. Ambas, además, superaron a las otras dos españolas, la canaria Isabel Hernández y la balear Marga Perelló, presentes en el certamen universal. “Pese a estar lejos de mi mejor versión, pese a todos los problemas físicos sufridos en los últimos meses, pese a no haber podido entrenar como quisiera y debería, me ilusionó mucho verme líder de la última regata durante unos momentos. Clavé la estrategia, me faltó algo de fuerza y velocidad, lo cual se consigue con una buena condición física, justo lo que no tengo ahora”, explica Claudia (Santa Pola, 21 años). Por su parte, Lara (Alicante, 22 años) considera que este Mundial ha sido “muy raro. Corto, pero, al mismo tiempo, largo. Además, en mi caso, dos jornadas antes de empezar, sufrí una indisposición tras una intoxicación alimenticia. Al margen de todo ello, lo hemos salvado relativamente bien. Sé los detalles en los que he errado. La experiencia me servirá de aprendizaje para el futuro”.

Una vez celebrados los principales torneos de 2025, ya sólo queda una gran competición de ILCA 6 e ILCA 7 en esta temporada. Es el Campeonato de Europa, fijado en Suecia entre el 10 y el 15 de agosto. Es decir, Gonzalo, Claudia y Lara, pero también otras féminas, también absolutas, como Sheila Martínez y Marina Serrano, disponen de casi tres meses para preparar la última gran regata internacional del curso 2025. Sólo desean que el viento se imponga a las esperas. Que haya actividad y no incertidumbre. Y a ser posible, no competir más en China.