Todavía tiene 18 años. No alcanzará los 19 hasta el mes de diciembre. Pese a su juventud, Héctor Álvarez ya es uno de los nuevos estandartes del ciclismo español. Y no sólo en la ruta; también, en la pista. No sólo sobre el asfalto; también, en los velódromos. Tras una temporada de auténtico vértigo, al deportista FER todavía le espera una suerte de traca final. El calendario aún le propone un último esfuerzo. Héctor se dispone a disputar su primer Campeonato del Mundo de ciclismo en pista, torneo que empezó en Chile este pasado miércoles, 22 de octubre, y que concluirá el domingo 26. Y no va a ser un estreno simbólico. No va a ser un debut testimonial. A Álvarez se le ha asignado una gran responsabilidad. Ha sido elegido para disputar una de las grandes modalidades de fondo, la madison.
Hasta el momento, Héctor Álvarez no ha afrontado ningún evento internacional de pista en categoría absoluta. Ni siquiera, el Campeonato de España. Es más, el ciclista FER no compite en un velódromo desde hace tres meses, desde que en el mes de julio se proclamara campeón de Europa sub-23 de ómnium. Con posterioridad a este gran éxito, el deportista de Benidorm retomó la temporada de ruta. Sus últimos dos grandes desafíos han sido, respectivamente, los Campeonatos del Mundo y de Europa. En ambos, ha maravillado. En el primero, en el Mundial de Ruanda, fue noveno en la crono y acabó cuarto, a las puertas del podio, en la prueba en línea. En el segundo, en el Europeo de Francia, mejoró su resultado en la contrarreloj individual (fue séptimo) y alcanzó una impresionante medalla de bronce en la prueba en línea. Todo o casi todo en lo que participa lo convierte en un auténtico espectáculo.
Una vez acabó su paso por el Europeo de carretera, cambió el registro con urgencia. Sin opción para saborear el podio continental, ya fijó su objetivo en Chile. Su preparación del Mundial de pista se ha limitado a una semana de entrenamientos intensivos en el velódromo Luis Puig. Además, determinados compromisos con su equipo de carretera le han impedido viajar con más tiempo, con un mayor margen. Héctor ha llegado a Chile sólo dos días antes de competir. Para que el reto se convierta directamente en mayúsculo, en gigantesco, en superlativo.
Es normal que suene a locura. Casi, a inconsciencia. Pero siempre he pensado que los trenes hay que aprovecharlos y cogerlos cuando pasan por delante de ti. Y éste es un tren muy especial.
Reconozco que llego un poco más fatigado de lo que pensaba. En cierto modo, es normal. La temporada, en efecto, ha sido muy exigente. Pero hay situaciones en las que, si no tiran las piernas, han de tirar la mente y la motivación. Y estoy seguro de que así va a ser en Chile. Lo haré bien.
Está claro que no es la mejor preparación para un Campeonato del Mundo absoluto, pero las circunstancias son las que son, y tenemos que aceptarlas y, sobre todo, saber gestionarlas lo mejor posible.
Me hace mucha ilusión compartir la madison de un Mundial con un corredor experimentado y al que admiro profundamente como es Albert Torres. Sabemos que el nivel y la competencia serán feroces, pero nosotros nos mostraremos competitivos y protagonistas. Seguro. Luego, el resultado es una incógnita.
Se puede decir que es un primer paso, pero queda mucho, es un camino muy largo y lleno de complicaciones. Dicho esto, me siento orgulloso de representar a una nueva generación española, joven y pujante, y que puede dar mucho en el ciclismo en pista.