¿Qué sería de Jorge Ureña si dominara mejor el arte de los lanzamientos, en especial, el disco? Es una de las preguntas más recurrentes cuando se examina y evalúa la figura del combinero alicantino. Es una de las cuestiones más habituales tras las comparecencias del atleta de Onil. Y es una interpelación que, de nuevo, ha adquirido vigencia con motivo del Campeonato del Mundo al aire libre de 2017, celebrado en Londres hace pocas fechas. Un certamen universal en el que el deportista FER, quien cumplirá 24 años en octubre, corroboró que es un excelente competidor. Su novena plaza global, sus actuaciones en pruebas parciales como los 400m, los 110m vallas o los 1.500m, y, sobre todo, el establecimiento de su mejor marca personal (8.125 puntos) así lo atestiguan.
En Londres, al inicio de la segunda y última jornada del decatlón, tras los 110m vallas, Jorge Ureña se encaramó a una fantástica séptima plaza. Pero acto seguido, llegaba el disco. Peligro. Sudores fríos. No tanto en el propio deportista alicantino (pura normalidad, pura naturalidad, pura espontaneidad, nulo tormento, nula angustia) como en su entorno más directo. Sobre todo, en Jose Antonio, su padre y, al tiempo, entrenador. Para su progenitor, “Jorge no se siente especialmente ansioso por sus habituales problemas con los lanzamientos. Tanto él como yo sabemos que este defecto o deficiencia se puede resolver; cuanto menos, mitigar. Es cuestión de trabajo, de insistencia, de mejorar las técnicas y, sobre todo, de confianza, de seguridad. Porque en los entrenamientos, sin la presión de la competición, Jorge hace muy buenos lanzamientos”, explica José Antonio Ureña.
Desde el realismo de saber que Jorge Ureña nunca será un gran lanzador, el objetivo que se marcan el deportista y su padre es “reducir los daños y la pérdida de puntos cuando lleguen el peso, la jabalina y el disco”, apunta Jose Antonio. “Se trata de conquistar unos mínimos en cada especialidad. Y Jorge está perfectamente capacitado para llegar a los 14m en peso, a los 40m en disco y en superar los 60m en jabalina. Cuando esto ocurra, y no es ninguna utopía, sus opciones de estar entre los mejores se incrementarán exponencialmente”, pronostica el padre y entrenador del deportista FER.
Además, el optimismo de quien mejor conoce a Jorge viene reforzado por las buenas prestaciones del atleta alicantino en un año especialmente complicado por las lesiones. “No han sido dolencias graves, pero entre la pubalgia y unos dolores en el hombro derecho, Jorge no ha estado en plenitud durante toda la temporada al aire libre”.
¿Y cuál es el techo de Jorge Ureña? En el heptatlón, en pista cubierta, suyo es ya el récord de España. Lo estableció en enero de 2017, en la Reunión Internacional de Praga, con 6249 puntos. Mientras, en el decatlón, al aire libre, ha fijado su mejor registro en los 8125 puntos acumulados, precisamente, en el Campeonato del Mundo de Londres. La pregunta es inevitable: ¿son factibles los 8.500 puntos o, incluso, los 8.526 que representan la plusmarca española da la especialidad desde el año 1998? La respuesta de José Antonio Ureña no ofrece dudas: “Sí. Son factibles. Quizás, no de forma inminente, pero sí a medio plazo, cuando Jorge alcance la madurez deportiva”. De momento, los Ureña, Jorge y Jose Antonio, hijo y padre, deportista y entrenador, se han tomado un merecido descanso.
En breve, volverán a la carga. En 2018, esperan como grandes citas el Mundial indoor de Birmingham y el Europeo al aire libre de Berlín. Nueva oportunidad para que el disco, la jabalina y el peso pase a ser aliados y no enemigos. A sumar y no restar.