
Si determinados intangibles como la pasión por el judo o el hambre de gloria pudieran cuantificarse en un tatami, Salvador Cases Roca ocuparía siempre plazas de podio. Ocurre que las medallas no sólo exigen devoción por el deporte que practicas; también, talento, calidad, habilidades, destreza, condición física, experiencia… El joven judoca alicantino posee parte de todo este repertorio, pero, todavía, no lo suficiente como para haber alcanzado ya un gran resultado internacional. Cases persigue ese golpe de efecto, ese salto de calidad que, por el momento, se le sigue resistiendo.