La mágica y fulgurante reinvención de Iker Moreno

El deporte acostumbra a ofrecer historias sorprendentes. Es una fuente inagotable de capítulos conmovedores, de ejemplos de superación, de lecciones de vida, de profundas decepciones, de alegrías incontenibles… Sin embargo, el episodio protagonizado por Iker Moreno Morata en los dos últimos meses no tiene demasiados precedentes. No encuentra fácil parangón. Desde que, a los 10 años, dejó el fútbol y se introdujo en el atletismo, Iker optó por practicar las combinadas. Se consideraba mejor decatleta que heptatleta. Y destacaba, especialmente, en tres disciplinas: los 100m lisos, los 110m vallas y los 400m lisos. Como sub-18, fue campeón de España en 2023. Como sub-20, se adjudicó la plata en el Nacional al aire libre de 2024.

Durante esta temporada, Iker (Betxí, Castellón, 19 años) no pudo competir en la fase de pista cubierta por razones físicas. Ya recuperado, empezó el aire libre con una cifra en su mente: 7.250 puntos. Era la marca exigida para estar en el decatlón del Campeonato de Europa sub-20. Se puso manos a la obra. Su objetivo pasaba por conseguir ese registro a mitad de junio, en la Reunión de pruebas combinadas de Arona, Tenerife. Sin embargo, días antes de viajar a las Canarias, y tras consultarlo y consensuarlo con su entrenadora, Manoli Alonso, dio un golpe de timón. Cambió los planes por completo.

Desestimó las combinadas y se centró en los 400m vallas. La cifra que debía alcanzar ya no era la de 7.250 puntos. Ahora, debía parar el crono en menos de 52 segundos y 25 centésimas. Lo consiguió (51:81) un 28 de junio, en el Campeonato Autonómico de la Comunitat Valenciana. A finales de julio, se presentó en el Campeonato de España, en Badajoz. No sólo lo ganó. Además, logró una espectacular marca, 51:07. En tiempo récord, se había asegurado la presencia en el Europeo sub-20. Ya en Finlandia, Iker ha hecho historia. Ha firmado una proeza. Se ha proclamado subcampeón continental tras unas asombrosas prestaciones en la semifinal y en la final.  Además, ha establecido el récord de España (49:66). Por si este hito no fuera suficiente, además, ha sido uno de los componentes del cuarteto español que conquistaba la plata en el relevo 4 x 400m.  Lo suyo ha sido una reinvención. Tan mágica como fulgurante.

Durante la final, ¿tuviste en todo momento la sensación de que podías llegar al podio? ¿O sólo en los últimos 150 metros?

Durante la primera mitad de la prueba, no estuve muy pendiente de la posición que ocupaba. Solo quería no perder demasiado terreno y llegar a la parte final con opciones. Cuando superé la antepenúltima valla, a falta de 150 metros, me vi casi emparejado con los primeros clasificados. Me dije, ‘lo tienes, ahora o nunca’. Hice el esprint de mi vida, la carrera de mi vida. Fueron segundos de total locura.

Llegas a meta, has acabado segundo, eres subcampeón de Europa... ¿Qué es lo primero que te vino a la cabeza?

No sé cómo explicarlo. Intento recordar esos momentos y no me resulta fácil. Estaba bloqueado, sorprendido, desorientado, sin ser consciente de lo que realmente había ocurrido.

¿Cuándo fuiste consciente de la proeza que habías protagonizado? ¿O sigues sin serlo?

He empezado a serlo desde ayer domingo, pero creo que no por completo. Continúo un poco desbordado, como recién despertado de un sueño.

Si en junio, cuando decides aparcar las combinadas y apostar por las vallas, te dicen que iba a ocurrir lo que ha pasado, ¿te lo hubieras creído?

Sinceramente, no. Ganar el Campeonato de España, ser subcampeón de Europa, hacer récord de España sub-20… Era imposible pensar en todo esto en el mes de junio.

Imaginamos que todavía tienes mucho margen de mejora; sobre todo, en lo puramente técnico…

Por supuesto. Lo curioso de toda esta historia es que mi técnica a la hora de atacar y superar las vallas es muy mejorable.

Y la gran pregunta. Aún es pronto y habrá tiempo, pero ¿qué vas a hacer de cara al futuro? ¿Vas a apostar por los 400m vallas?

Ahora, vacaciones. Tres semanas de descanso. Lo necesito para digerir todo lo ocurrido. Y no puedo responder todavía. Tendré que sentarme con Manoli, mi entrenadora, y hablar tranquilamente. Con este subidón, claro que me veo centrándome en los 400m vallas, pero repito, hay que hablarlo todo con calma y tranquilidad. Hay tiempo.