El camino es muy largo. Es proceloso. Borrascoso. Se presenta plagado de obstáculos, de emboscadas, pero Bárbara Pardo está dispuesta a afrontarlo. Es más, avanza con seguridad y firmeza. La palista valenciana está poniendo los cimientos para edificar su candidatura olímpica. De momento, tras los dos Selectivos nacionales, celebrados los días 10 de abril y 1 de mayo, se ha hecho con un hueco en la delegación española que va a competir, este fin de semana, en la Copa del Mundo de Hungría. La palista valenciana será una de las componentes del K4-500m que, de inicio, parte como principal, como titular. Para Bárbara (Antella, Valencia, 25 años) es todo un hito. Hasta la fecha, nunca había formado parte de una embarcación preferente en una gran competición internacional.
El pasado 10 de abril, la deportista FER acabó cuarta en el K1-500m del Selectivo celebrado en Sevilla. Fue superada por la asturiana Lucía Val, por la vasca Begoña Lazkano y por la extremeña Estefanía Fernández. Sin ser un resultado fascinante, sí representaba un primer paso. Muy importante. Días más tarde, en un segundo Selectivo desarrollado en Pontevedra y sobre una distancia de 200m, Bárbara reforzó su estatus a nivel nacional. La palista valenciana se encuentra en plena ascensión. Todavía no hay nada seguro, pero la deportista de Antella empieza a tomar posiciones. Ahora, en Hungría, Bárbara y sus tres compañeras de embarcación se trazan un enorme desafío: conseguir una de las seis primeras posiciones para asegurarse su presencia en el gran evento del curso: el Campeonato del Mundo (del 20 al 24 de agosto en Italia).

Satisfecha, porque el inicio de temporada ha sido atípico y un poco desordenado. De hecho, hasta el mes de marzo, no supe con certeza que mi día a día con el equipo nacional iba a estar localizado en Sevilla. Además, afronté el primer Selectivo sin encontrarme en mi mejor estado de forma. Pese a todo, competí a un buen nivel, tanto en la prueba de 500m, como en un control posterior de 200m, en el que acabé tercera. Es decir, en el cómputo global, era 2ª en el ranking. Por tanto, muy contenta, aunque consciente de que todavía puedo mejorar.
Pues me dice mucho y me genera una gran alegría. Los últimos meses no han sido nada fáciles en lo psicológico. Pero he superado una situación complicada y ahora me veo más fuerte en el sueño de llegar a Los Ángeles 2028. Dicho esto, sigo con los pies en el suelo. El piragüismo femenino español tiene un gran equipo. Hay muchas chicas preparadas para estar en las embarcaciones principales.
Es una embarcación totalmente nueva. Acabamos de empezar. Apenas hemos tenido tiempo de trabajar juntas con todas las pruebas y todo el proceso de selección de las últimas semanas. De las cuatro, dos, Sara Ouzande y Estefanía Fernández, ya fueron olímpicas en París. Nos hemos incorporado Lucia Val y yo, que somos jóvenes, pero ya tenemos cierta experiencia. Ahora mismo, nuestro rendimiento es una incógnita. Necesitamos tiempo para compenetrarnos, pero soy optimista. Si entramos en la final de esta Copa del Mundo de Hungría (la final la disputan nueve embarcaciones), lograríamos un gran resultado. Y recuerdo que las 6 primeras en Hungría se clasifican automáticamente para el Mundial.
Sin duda. En la actualidad, estoy más motivada e ilusionada que nunca. Sueño en grande, pero con los pies en el suelo. Sé que ahora estoy entre las elegidas, pero puedo dejar de estarlo en cualquier momento por, repito, el gran nivel del piragüismo femenino en España.