Sale el sol para Laura Casabuena. Remiten las penalidades. Aparecen las buenas vibraciones. Empieza a enderezarse una temporada sinuosa, accidentada. Marcada por las lesiones. Caracterizada, por tanto, por la discontinuidad, por la intermitencia. A falta de un mes exacto para que llegue el momento culminante del curso (el Campeonato del Mundo en Indonesia) la deportista FER recupera el optimismo. Aunque todavía no se encuentra en plenitud de condiciones físicas, Laura (Alcoi, 19 años) vuelve a sentirse gimnasta. Disfruta, de nuevo, sobre el tapiz. Se divierte con sus giros acrobáticos, con sus saltos vertiginosos, con sus vuelos trepidantes, con sus equilibrios imposibles…
Así lo ha demostrado en la Copa del Mundo celebrada este pasado fin de semana en París. En un torneo que reunía una participación más que respetable, Laura Casabuena ha ofrecido unas magníficas prestaciones. De hecho, ha sido capaz de clasificarse para las finales en los dos aparatos que afrontó. Ocupó la 8ª plaza en barra de equilibrios y finalizó en el 7º puesto en el ejercicio de paralelas. Excelentes resultados pese a llevar medio año alejada de los tapices. La gimnasta FER no competía desde mediados de abril, mes en el que disputó la Copa del Mundo de Jesolo, en Italia. Pocas jornadas después, un edema óseo tibial le privó de participar en el Campeonato de Europa, en Alemania. Posteriormente, a finales de junio, firmó una participación testimonial en el Campeonato de España.

La brillante imagen exhibida este fin de semana en París representa un impulso muy importante de cara al Campeonato del Mundo, previsto a mediados de octubre en Indonesia. En ese certamen universal, uno de los dos billetes para disputar el all around (los cuatro aparatos) parece asignado para la catalana Alba Petisco, subcampeona de Europa a finales de mayo. El segundo pasaporte para realizar el concurso completo está muy abierto. Tan abierto como caro. Optan a ese privilegio tres gimnastas: Marina Escudero, Laia Font y la alicantina Laura Casabuena. De las tres, la actuación más convincente en París ha correspondido a la deportista alicantina. Dentro de dos semanas, entre el 26 y el 28 de septiembre, la última Copa del Mundo de 2025, la que se celebrará en Szombathely, Hungría, repartirá roles de forma definitiva. De momento, Casabuena ha tomado ventaja. Es más, su auténtica rival es su condición física. De cómo se encuentre dentro de unas semanas, dependerá su presencia o ausencia en el Mundial. Y si es seleccionada, sus molestias determinarán si hace el all around o ejercicios concretos.
“Estoy contenta y animada. Aunque no he alcanzado todavía el 100% de mi condición física, en París me he encontrado muy bien. Volver a competir, volver a medirme con grandes rivales internacionales, meterme en las finales de los dos aparatos… Ha sido un gran fin de semana. Casi, una reaparición soñada. Me quedé con la espinita de la caída en el ejercicio de barra de equilibrios. Pero, para haber estado tanto tiempo alejada de los torneos, las conclusiones han sido muy buenas. Espero que todo transcurra bien en este mes previo al Mundial y, por supuesto, espero ser una de las elegidas para competir en Indonesia”, señala Laura Casabuena, para quien vuelve a salir el sol.