Luis Manuel Corchete, un veterano con la ilusión de un niño

14 de febrero. Esta fecha será imborrable para Luis Manuel Corchete Martínez (Torrevieja, 37 años). Es la jornada en la que el nuevo deportista del Proyecto FER consiguió la marca exigida para disputar los Juegos Olímpicos de Tokio. Corchete logró la proeza en Sevilla, en los 50 km marcha. Casi medio año después, el atleta alicantino se encuentra a punto de viajar a Japón para adentrarse en una aventura que, previamente a su hazaña en la capital andaluza, no figuraba en sus planes más realistas. De hecho, meses antes, el torrevejense había pensado en abandonar el deporte. Curiosamente, la pandemia le concedió una última y bendita oportunidad. Ahora, pese a su veteranía y largo recorrido, experimenta la ilusión de un niño. La magia del deporte. Los guiños del destino.

“En febrero de 2021, viajé a Sevilla, al Campeonato de España, sin saber cuál era la mínima olímpica. Aunque los entrenamientos previos habían sido muy satisfactorios, y aunque me encontraba mejor que en mucho tiempo, no miento si digo que desconocía el crono exigido para los Juegos de Tokio. Mi objetivo era clasificarme para el Campeonato de Europa de selecciones, previsto en mayo en la República checa”, afirma, con sinceridad, Luis Manuel Corchete, quien completó el Nacional de 50 km marcha con un crono de 3:49.21, 39 segundos menos que el registro requerido para ser olímpico, 3h50’00.

“Fue impresionante. Rebajé mi mejor marca de siempre, la que ostentaba desde 2012, en más de 10 minutos. Me planteé la carrera como siempre hago: por segmentos, por fracciones kilométricas, tomándome los avituallamientos como fronteras psicológicas para ver a mi esposa Jennifer y para recordar, entre ambos, las frases motivadoras que habíamos consensuado antes de la prueba. Los 50 km marcha son durísimos. Es una montaña rusa de sensaciones. Recuerdo ahora los últimos avituallamientos y como Jennifer me gritaba “vamos, que la tienes; vamos, que es tuya; vamos, que está a tu alcance”, y todavía me emociono”, señala el marchador torrevejense, quien considera que este hito es la mejor recompensa a “muchos años de trabajo, de esfuerzo, de intentos baldíos y de algún sinsabor”, indica.

Corchete es el menor de 6 hermanos. Todos ellos practicaban el atletismo. Él no podía ser menos. “Practico la marcha desde los 7 años. Primero, por tradición familiar; después, porque Daniel Plaza, campeón olímpico en Barcelona 92 se casó con una chica de Torrevieja. Cuando venía, se ejercitaba en la pista de atletismo de la ciudad, junto a otro marchador internacional, José Serna. A mí me llamaba la atención y me ponía a su lado a intentar emularlo. Cosas de niños. Así de curioso es mi origen en este deporte”, comenta el deportista alicantino, quien, durante más de cinco años, desde 2004 hasta 2010, estuvo entrenando en el CAR de Sant Cugat, Barcelona.

Dedicado a la distancia de los 50 km desde 2009, su mejor resultado, hasta la fecha, es la 12ª plaza en la Copa de Europa, actual Campeonato de Europa de selecciones, celebrada en Portugal en el año 2011. De cara a los Juegos de Tokio, del total de 60 participantes, cree que puede “acabar dentro de los 25 primeros. Soy optimista. Durante las últimas semanas, mis sensaciones son muy buenas”, señala Corchete, capaz de acumular hasta 190 km en semanas de máxima carga y exigencia. 

Lo que pueda pasar en un futuro es imprevisible. “Mi voluntad es la de intentar cubrir un nuevo olímpico y llegar hasta París. Y más, siendo de tres años. Pero en gran medida, dependerá de lo que sea capaz de hacer en Tokio”, señala el marchador torrevejense, para quien la crisis sanitaria del covid-19 no ha sido del todo negativa. “Sin la pandemia, muy posiblemente, yo hubiera abandonado el deporte. Pero, al aplazarse Tokio, decidí aguantar un año más y darme una última oportunidad. La apuesta me salió bien”, añade.

Por último, Luis Manuel Corchete Martínez es consciente de que va a ser partícipe de un hecho histórico. Los 50 km se despiden en Tokio. Después de estos Juegos, la larga distancia de la marcha se reduce hasta los 35 km. “Aunque se pierde un poco la esencia, la mística y la épica de los 50km, bienvenida sea la decisión si es para que la marcha atlética siga teniendo dos pruebas y no solo una”, concluye el deportista alicantino, a punto de vivir un momento que tantas veces soñó y que parecía inalcanzable.