Noelia Juan: la proeza olímpica exige un último esfuerzo

Creer. Persistir. Insistir. Perseverar. Y, sobre todo, entrenar, trabajar, exprimirse. No es ninguna fórmula mágica. Es el camino que ha seguido Noelia Juan Pastor (Bétera, 28 años) para derrotar a los más escépticos y para situarse cerca de los inminentes Juegos Olímpicos. En París, el triatlón femenino español dispondrá de dos plazas. En la actualidad, la deportista valenciana es firme aspirante para recibir uno de esos dos pasaportes. Su candidatura cobró fuerza y solidez durante un espectacular 2023, curso en el que Noelia logró brillantísimos resultados. Entre otros, sendas medallas de plata en las Copas del Mundo de Tánger y Hungría; la cuarta plaza en la Copa del Mundo de Valencia; y, sobre todo, la grandiosa novena posición alcanzada en la Gran Final de las Series Mundiales, en Pontevedra. 

Ya en esta nueva y decisiva temporada, Noelia tuvo que cambiar sus planes en el mes de marzo. La cancelación de la Serie Mundial de Abu Dabi le obligó a inscribirse en la Copa del Mundo de Hong Kong, donde la deportista FER ocupó la 22ª plaza y fue la segunda española, por detrás de la madrileña Cecilia Santamaría. La lucha por los billetes olímpicos es cerrada. Hay hasta cinco aspirantes nacionales para dos pasaportes. En el ranking olímpico, Noelia es la segunda española. Está por detrás de la extremeña Miriam Casillas, pero mantiene una cierta distancia sobre Anna Godoy, Marta Pintanel y la propia Cecilia Santamaría. 

Pese a su ventajosa situación, la embajadora FER se lo jugará todo a una carta en mayo, mes que acoge las Series Mundiales de Yokohama y de Cagliari. Ambas, de distancia olímpica. Lacónica y parca en palabras, la deportista valenciana ha hablado donde tiene que hacerlo: nadando, pedaleando y corriendo. Ahora bien, necesita un último esfuerzo para conseguir un hito que pocos imaginaban. Porque Noelia no es ninguna súper estrella, pero encarna, a la perfección, la generosidad en el esfuerzo, la entrega incondicional, la disciplina más rigurosa. De conseguirlo, el premio sería más que merecido.

¿Optimista? ¿O prefieres seguir siendo cauta?

Optimista y cauta. Lo primero, porque he trabajado muchísimo desde hace años y ahora recojo los frutos. Me refiero a ser competitiva, a quitarme miedos y complejos, y a estar cerca de un sueño. Pero, al mismo tiempo, hay que ser prudente y estar con los pies en el suelo. Hace unos meses, hubiera firmado la situación en la que me encuentro, pero nada es definitivo. Todas mis compañeras persiguen el mismo objetivo. Va a ser una lucha tan dura como bonita.

Te lo vas a jugar todo en Yokohama y Cagliari. ¿Conoces estas dos Series Mundiales? ¿Son de tu agrado?

En Yokohama, no he estado. Es decir, no tengo más información que lo visto por televisión en años anteriores. En cambio, sí he competido en Cagliari. Fue en 2022 y, curiosamente, fue mi primera Serie Mundial. No tengo un recuerdo especialmente grato. Dicho esto, han pasado casi dos años y la actual Noelia Juan es mucho mejor triatleta que la de aquel momento. Por lo que parece, todo se va a decidir en estas dos Series, pero no tengo miedo. 2023 me enseñó el camino.

¿Cuándo te diste cuenta de que la clasificación para los Juegos Olímpicos no era ninguna utopía? ¿En qué momento, con qué resultado, con qué hecho?

En primer lugar, he de decir que mi entrenador, Jordi Jordà, siempre creyó y siempre me animó a que yo también creyera. Yo no quería ir más allá del día a día. Cuando en mayo de 2022 arrancó el proceso clasificatorio para los Juegos, me dije a mí misma “es el momento; ahora o nunca”. Pero, si he de quedarme con un instante concreto, hablaría de la sexta plaza en la Copa del Mundo de Pontevedra, en julio de 2022. Y, por supuesto, el pasado año resultó increíble.

¿Te consideras un ejemplo de que, en ocasiones, es más importante el esfuerzo, el sacrificio, la capacidad de trabajo que el talento?

Por supuesto. En el deporte de alto nivel, todos tenemos, en mayor o menor medida, un talento por encima de la media. Pero, al margen de ese don, el trabajo, el esfuerzo y la constancia son las herramientas que me han traído hasta aquí. El deporte de élite te quita muchas cosas, pero a mí me ha aportado más de lo que me ha quitado.

Hace unos años, decías que tu mejor tramo es la carrera a pie y que sufrías especialmente en la natación. ¿Sigue siendo así?

Por suerte o por desgracia, así es. La natación sigue siendo mi punto débil, pero he progresado. Aún tengo margen de mejora; y, sobre todo, he de conseguir esa confianza que sí tengo en el tramo de carrera a pie.