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Maniobras previas al despegue. En la rampa de lanzamiento. Preparada para volar. Son algunas de las expresiones que, en sentido metafórico, reflejan el presente de Fátima Diame. La atleta del Proyecto FER ha protagonizado un ilusionante y prometedor 2018, y ya piensa en desplegar sus alas para su definitiva y esperada explosión deportiva durante el próximo curso. En la temporada ya concluida, “la pantera negra” -como la define su padre- ha seguido desdoblándose en el foso de arena. En la longitud, voló más que nunca y alcanzó su plusmarca personal, 6,68m, registro que le concedió el bronce en los Juegos Mediterráneos de Tarragona. En el triple, también en la ciudad catalana, llegó hasta unos respetables 13,92, resultado que le proporcionó otro bronce, y que le acercó hasta los 14,03 saltados durante el verano de 2017. No pudo evitar una cierta frustración en el Campeonato de Europa absoluto de Berlín, donde estuvo muy lejos de su mejor nivel. Fátima ha puesto las bases para el futuro más inmediato. Estas son sus valoraciones de lo hecho, y estos son sus diagnósticos de los próximos retos.