Precisamente, en este certamen continental, sufrió un percance en su muñeca derecha, contratiempo que le ha provocado bastantes quebraderos de cabeza. De hecho, tras el Europeo, el judoca alicantino estuvo un tiempo sin poder entrenar con normalidad. Ahora, ya está listo para reaparecer, para poner a prueba su crecimiento y para pulir sus nuevas características sobre el tatami. Ya no es pura vehemencia. Su extrema fogosidad de hace un tiempo ha evolucionado a un judo más calculador, más táctico, más inteligente, más paciente.