Clase teórica de esgrima con Manu Bargues, Guillermo Sánchez y su entrenador en las Torres de Serrano

Lo más alto de las Torres de Serrano fue el escenario elegido para mantener una sesión teórica y sincera de esgrima entre Manuel Bargues, Guillermo Sánchez y su entrenador.

La rutina diaria de un deportista de élite puede llegar a ser caótica. El ritmo es tan frenético entre los entrenamientos, estudios y competiciones que casi no queda tiempo para parar y reflexionar sobre sus vidas como deportistas y los retos futuros por los cuales trabajan. Por ello, los deportistas FER aprovecharon esta excelente oportunidad para repasar junto a su entrenador sobre sus inicios en el mundo de la esgrima y todo lo que este deporte les ha aportado durante estos años.

Los dos son conscientes que la vida que llevan no es la de una persona normal, ya que sacrifican mucho para dedicarse a este deporte a nivel profesional. “Hemos tenido que renunciar a una vida normal que puede llevar cualquier chico de nuestra edad. Tenemos que compaginar los entrenamientos, los estudios y las competiciones. Renunciamos a casi todo nuestro tiempo libre”, admite Guillermo Sánchez.

Pero pese a ello, la pasión y la adrenalina que les proporciona la esgrima lo compensa todo. “La esgrima para mi supone un carrusel de sentimientos”, asegura Sánchez. Y Manuel Bargues en cambio destaca el autocontrol que le aporta la propia competición, una facultad que ha adquirido con los años.

Y no es la única, ya que durante estos años la esgrima les ha aportado muchos valores como la constancia, el esfuerzo o el sacrificio que aplican en su vida no deportiva. “Este deporte nos aporta ganas de luchar y mucha constancia, ya que trabajamos muchas horas con el fin de lograr un objetivo y no paramos hasta que lo conseguimos”, señala Guillermo Sánchez.

Manuel Bargues también destaca la perseverancia y la inquietud por aprender constantemente. Precisamente estas facultades fueron las que hicieron que el seleccionador nacional se fijara en ellos y los quisiera tener en el CAR de Madrid para ayudarles a convertirse en grandes estrellas de la esgrima.

De momento, los dos ya han comenzado a competir a nivel absoluto y trabajan duro para conseguir brillantes resultados a nivel internacional con la selección para poder optar a su gran sueño de ser algún día olímpicos.