Daniel y Raúl se reencuentran con el tapiz

Por derecho propio, el taekwondo se ha convertido en una de las modalidades que más simpatía despierta en la afición española al deporte. Su fiabilidad y productividad en los Juegos Olímpicos (así quedó demostrado, de nuevo, en Río 2016) le concede una gran popularidad. El listón volverá a estar muy alto en Tokio 2020. Una de las grandes ilusiones del Proyecto FER para este próximo ciclo olímpico pasa por conseguir la presencia de uno de sus taekwondistas en la capital nipona. Siendo muy difícil, el objetivo no es del todo utópico. Habrá que seguir muy de cerca la deslumbrante y meteórica evolución de la gandiense Blanca Palmer, quien durante el pasado mes de mayo, y con tan solo 17 años, se proclamaba subcampeona absoluta de Europa. Y habrá que prestar atención a dos chicos, a los alicantinos Raúl Martínez y Daniel Ros. Dos deportistas con sus carreras lanzadas, pero que necesitan de un aldabonazo, de un espaldarazo, de una autoafirmación.

La deseada consagración no llegó en la gran competición de este año que ya expira. Ambos habían abrigado muchas esperanzas de alcanzarla en el Europeo de Suiza. Pero colisionaron con la más cruda realidad y con una prematura eliminación. Una decepción en toda regla. Sobre todo, porque en las últimas temporadas, los dos taekwondistas alicantinos habían conseguido brillantes resultados en certámenes internacionales. Así, en 2015, Raúl (categoría de menos de 80 kg) acumuló hasta cuatro oros en otros tantos Open (Alejandría, Luxor, Tel Aviv y Varsovia), mientras que Daniel fue oro en el Open de Alejandría, plata en el Open de Tel Aviv y bronce en los Juegos Europeos de Bakú. Y en 2016, Raúl se adjudicó el Open de Bélgica y logró el bronce en la Copa Presidente de Alemania, competición en la que Daniel (categoría de menos de 87 kg) se colgó el oro.

Ahora, el ilicitano Raúl Martínez, de 25 años, y el catralense Daniel Ros, a punto de cumplir los 23 años, descorchan el nuevo ejercicio deportivo con la participación, a principios de noviembre, en el Open de Croacia. Más tarde, ya en 2017, llegará el Campeonato de España, donde los dos deportistas FER apenas encuentran oposición para adjudicarse el título un año tras otro. Y en el mes de mayo, la cita que aparece con gran riqueza tipográfica en sus agendas y que ejerce una poderosa fuerza en sus mentes: el Mundial, previsto en Corea. Aunque como primer paso han de lograr la clasificación, apenas hay dudas acerca de la obtención de los citados pasaportes. Una vez en el país asiático, buscarán el gran golpe deportivo. El que se les resistió en el certamen universal de 2015 en Rusia, y en el Europeo de 2016 en Suiza. El salto de calidad que les permita empezar cimentar su sueño olímpico de Tokio. Para Raúl y Daniel, llega el momento de la verdad.