El atletismo vuelve a escena (1ª parte)

Vuelve el rey de los deportes. Regresa el atletismo. Tras un paréntesis de casi medio año, reaparecen los saltos, los lanzamientos, las pruebas de velocidad, las carreras de medio fondo… En un primer momento, el protagonismo lo concitará la temporada de pista cubierta. Por delante, casi dos meses de pruebas bajo techo hasta la llegada del momento culminante: el Campeonato del Mundo (China, 13-15 de marzo). Después, a partir de mayo, llegará una temporada de aire libre más apasionante que nunca y que desembocará en dos eventos de gran trascendencia: por una parte, los Juegos Olímpicos de Tokio (a finales de julio); por otra, el Campeonato de Europa absoluto en Paris (a finales de agosto).

De cara al Mundial de pista cubierta de China, las opciones del Proyecto FER pasan, sobre todo, por Pablo Torrijos y por Jorge Ureña. Más complicado lo tienen Fátima Diame y Enrique Llopis. Torrijos abrió el curso este pasado fin de semana en el Grand Prix de Boston. Su estreno resultó prometedor. El triplista castellonense logró la victoria con un mejor salto de 16,75m.

Nunca el deportista del Playas de Castellón había destapado una temporada con un registro de tal dimensión. Ahora bien, para asegurarse su participación en el certamen mundialista bajo techo del mes de marzo, el atleta FER deberá alcanzar en las próximas semanas los 16,90m, una mínima exigente que, sin embargo, poco tiene que ver con los durísimos 17,14m solicitados para ser olímpico. No obstante, para estar en los Juegos de Tokio, al margen de las mínimas, los atletas disponen de una nueva vía: la que premia la regularidad, la basada en la acumulación de puntos (como los obtenidos por Pablo en Boston) gracias a los resultados y marcas logrados desde mayo de 2019 hasta finales de junio de 2020.

Mientras Torrijos dispone de más oportunidades en las próximas semanas (por ejemplo, sin ir más lejos, en la Copa del Rey y de la Reina de este próximo sábado en Valencia), Jorge Ureña, por la naturaleza de su especialidad, el heptatlón, tendrá, a lo sumo, dos opciones para sellar su pasaporte mundialista. La primera de esas competiciones llegará el fin de semana del 6 y 7 de febrero en Estonia. En el caso del combinero alicantino, más que una mínima, el objetivo es alcanzar una de las 12 mejores marcas de la temporada de pista.

Subcampeón de Europa en 2017 y campeón continental el pasado año, si nada se interpone en su camino y si las lesiones no lo impiden, Jorge, uno de los mejores heptatletas en el concierto internacional, debería de estar en China. Es más, no es descartable que, durante este invierno, derribe el récord de España que él mismo ostenta (los 6.249 puntos, firmados en Praga a principios de 2017).

Las otras dos opciones del Proyecto FER para el Mundial de pista cubierta en China son las de Fátima Diame y Enrique Llopis. Sin embargo, sus posibilidades son más reducidas. La atleta del Valencia Esports sabe que la mínima en salto de longitud es 6,75m, siete centímetros más que su mejor registro personal, los 6,68m alcanzados en los Juegos Mediterráneos de Tarragona, en el verano de 2018.

El pasado viernes, la deportista FER inauguró el ejercicio en Valencia con un mejor brinco de 6,52m. Por último, Enrique Llopis, una de las grandes sensaciones del pasado año, deberá correr mucho para competir en el evento mundialista. El joven vallista de Bellreguard, de 19 años, ha de parar el crono en 7 segundos y 70 centésimas, un registro durísimo que, en todo caso, Llopis rozó hace un año (el 8 de febrero de 2019, hizo unos asombroso 7,72 en el Meeting de Madrid).