Festín deportivo, ejemplo solidario

Baño de éxitos. Con tanta cantidad y tanta calidad, era previsible que el Proyecto FER disfrutara de un fin de semana pródigo en triunfos y buenos momentos. Entre que la agenda ofrecía múltiples opciones, y entre que los deportistas FER ya no son simples competidores y se han convertido en auténticos referentes en muchas especialidades, el respetable botín alcanzado durante el sábado y el domingo no es ninguna sorpresa. Especialmente llamativo resulta el festín protagonizado en el Campeonato de España absoluto de taekwondo. Mientras Daniel Ros y Raúl Martínez ratificaron su condición de apuestas seguras y alcanzaron las medallas de oro en sus respectivas categorías de peso corporal (quinto oro para Daniel, cuarto para Raúl), la gran campanada llegaba de la mano de Blanca Palmer. Con tan solo 17 años, y todavía en edad junior, la deportista de Gandía firmaba una actuación de ensueño. Tras ganar sus cuatro combates, Blanca se proclamaba campeona de España absoluta en su estreno en la competición. Su futuro es esplendoroso.

Por lo que respecta al atletismo, el deporte rey ofrecía dos jornadas espectaculares. En clave doméstica, la ciudad de San Sebastián acogía el Campeonato de España promesa o sub 23. De los 5 deportistas FER que compitieron en el recinto guipuzcoano, cuatro de ellos ascendían al podio. Fátima Diame y Fernando Ramos se adjudicaban el oro en la longitud femenina y masculina respectivamente. Además, Judit Prats, en lanzamiento de peso, conseguía una excelente plata en su debut en la categoría promesa, y el velocista Dani Mazón alcanzaba el bronce en los 60m lisos con el valor añadido de bajar por primera vez de los 7 segundos.

Todavía en atletismo, Pablo Torrijos no mantenía la progresión exhibida desde el inicio de la temporada. Su actuación en la reunión internacional de Metz era más discreta. Su mejor salto llegaba hasta los 16,32m, registro lejano de la mínima olímpica exigida para participar en el triple salto de los Juegos de Rio 2016. Mientras, Héctor Cabrera alcanzaba la mínima paralímpica B en el lanzamiento de jabalina F12. El atleta de Oliva conseguía un tiro de 57,58m, a tan solo 32 centímetros de los 57,90 requeridos. Otros éxitos domésticos se escenificaron en Murcia y Valladolid. En Murcia, Roberto Plumed se colgaba una brillante medalla de plata en el Campeonato de España absoluto de lucha grecorromana. Tal y como ocurriera hace dos semanas en el Nacional sub 23, el deportista de Sagunto ganaba tres combates, pero no podía atrapar el oro tras caer en la gran final. Mientras, la joven Marina Ñíguez lograba un meritorio bronce en el Torneo Estatal, un certamen similar a un Campeonato de España y que reunió en Valladolid a las 48 mejores jugadoras juveniles del país.

LOS JUGadORES DE LAS SELECCION ESPÑOLA DE RUGBY 7 HACIENDO UN DIQUE EM FIJI CONTRA EL CICLÓN

Y al margen de lo puramente deportivo, un representante del Proyecto FER también ha sido partícipe de un ejemplo de solidaridad. Integrante de la selección española absoluta de rugby 7, César Sempere ha vivido en primera persona el paso del ciclón Winston en la isla de Fiji, donde el combinado nacional se encuentra concentrado desde mitad de febrero y hasta el 2 de marzo. Con rachas de viento que llegaron a los 350 km/h, César y sus compañeros hicieron honor a su apelativo de “leones” y ayudaron a la construcción de diques con sacos de arena para tratar de minimizar los daños de la catástrofe y el impacto destructivo de las olas, y para salvaguardar las viviendas más próximas al mar. Una lección de vida y humanidad que ha propiciado la admiración general y el más sentido agradecimiento por parte de los trabajadores del hotel en que se aloja el equipo español y, por extensión, de los habitantes de la isla.

Su testimonio resulta estremecedor: “El ciclón ha atravesado el norte de nuestra isla con vientos de hasta 350 km/h. Ha arrasado todo tipo de árboles y viviendas. Aquí, la mayoría de viviendas están construidas de madera y chapa. No están preparadas para temporales así. Cuando más peligrosa era la situación, no dudamos en echar una mano y ayudar a los trabajadores del hotel en el que estamos alojados y a la población en general a llenar sacos de arena que ejercieran de diques o de paredes para evitar el avance incontrolable del agua. Ya digo que lo peor ha acontecido en el norte de la isla, a unos 400 km de donde nos encontramos. Allí sí ha habido víctimas mortales y muchos destrozos materiales. Ha sido una experiencia bastante dolorosa”.