El 21 de agosto de 2016 siempre permanecerá tatuado en el corazón de Alejandra Quereda y Elena López. Desde niñas, soñaban con la gloria olímpica y, después de 8 años al máximo nivel, eran conscientes de que por el tapiz de Río pasaba la gran oportunidad de sus vidas, el momento para el cual se llevaban preparando toda una vida. Y lo clavaron.
Las gimnastas FER, junto al resto de componentes del conjunto nacional, hicieron dos ejercicios perfectos en la final de los Juegos Olímpicos, que valieron una medalla de plata olímpica. Meses después de aquella hazaña, aún se emocionan al recordarlo y las dos coinciden en que la plata olímpica es el éxito más importante de sus carreras. Pero para llegar a subirse a un podio olímpico. han tenido que pagar un alto precio lleno de sacrificios, duros entrenamientos llenos de repeticiones (más de 4.000 veces hicieron los ejercicios de la final de Río), dolores y lesiones.
“Esta medalla recompensa todo el esfuerzo y sacrificio que hemos invertido durante tantos años”
Un maratón sobrehumano que, como indica Elena López, volverían a repetir sin dudarlo. “Esta medalla recompensa todo el esfuerzo y sacrificio que hemos invertido durante tantos años. Pero todo esto forma parte del camino, ningún éxito en la vida se consigue sin esfuerzo”.
Y ellas lo han sobrepasado con creces. Después de llegar al límite, se han visto obligadas a hacer un parón. Elena López, tras numerosos esguinces, pasará el próximo 6 de abril por el quirófano para operarse de su tobillo derecho. Mientras, Alejandra Quereda sufre desde hace años una lesión en la cadera que le ha dañado el fémur y está valorando con los médicos su posible paso por cirugía.
Por tanto, el principal objetivo de las dos deportistas para este año es recuperarse de sus lesiones para poder volver a competir al máximo nivel y, por qué no, soñar con Tokio 2020, aunque como ambas admiten, los próximos Juegos aún quedan muy lejos. De momento, les espera una cita con el quirófano. Después, el tiempo dirá.
