Jaume Bernabéu y Marina Castelló, las perlas del judo valenciano, a ojos de sus entrenadores

El judo de la Comunitat Valenciana goza de buena salud. Está abanderado por dos féminas del máximo nivel internacional, la alicantina Ana Pérez Box y la cordobesa de nacimiento, valenciana de adopción y formación, Julia Figueroa. Sendos currículos deslumbrantes les avalan. Sin ir más lejos, en 2021, ambas fueron medallistas en el Campeonato del Mundo y disputaron, aunque sin excesiva fortuna, los Juegos Olímpicos de Tokio. Tras la estela de Julia y Ana, aparece Salvador Cases. Aunque todavía no ha logrado un resultado de relumbrón, este alicantino de 23 años forma parte de la clase media del judo internacional. Séptimo en el Mundial del pasado año, está llamado a pelear por un billete para los Juegos de París 2024.

Por detrás de este triunvirato, aparecen una serie de jóvenes talentos muy ilusionantes. De este ramillete de aspirantes a dar el salto a la élite, dos de ellos brillaron recientemente en el Campeonato de Europa sub-23. Son Marina Castelló (Alicante, 19 años) y Jaume Bernabéu (Castalla, 20 años). La primera, todavía junior, rozó el bronce. El segundo ocupó la séptima plaza, un balance que le supo a poco tras haber tenido el combate de cuartos de final virtualmente ganado y haber acariciado la lucha por las medallas.

Ambos deportistas están entrenados y preparados por Sugoi Uriarte y Laura Gómez, dos auténticos sabios del judo. “Realmente, estamos muy esperanzados con estos jóvenes valores. Reúnen condiciones y aptitudes, pero ahora llega el momento de la verdad, el de dar el salto de calidad. Jaume es un portento físico. Y es muy disciplinado. Es un apasionado de su deporte. Casi, un adicto a los entrenamientos. Él quiere ser campeón. Y está dispuesto a todo con tal de llegar a lo más alto. Sobre el tatami, es bastante inteligente, pero, a veces, se bloquea si no le sale el plan inicialmente establecido. Tiene que mejorar a la hora de activar la opción B si la A ha fallado”, comenta Sugoi.

Con respecto a Marina, “domina muchas técnicas. Atesora talento y, por tanto, recursos. Es lista e intuitiva. Además, tiene mucha personalidad y una gran mentalidad, pero le falta dar el salto físico. Éste es su gran reto para los próximos meses: trabajo de gimnasio, ponerse mucho más fuerte. Si asume que ha de atravesar este proceso, que es duro, y lo afronta con entereza y ambición, podemos tener una judoca de primerísimo nivel. Ella está dispuesta. Así nos lo ha transmitido. La séptima plaza en el Mundial junior y la quinta posición en el Europeo sub-23 le hecho ver que está en el camino. Aunque el camino es muy duro. está por la labor”, explica Laura Gómez.

A finales de este mes de noviembre, se celebra el Campeonato de España absoluto. Todo apunta a que el madrileño Fran Garrigós, el principal exponente del judo español en la categoría de menos 60 kg y olímpico en los recientes Juegos de Tokio, estará presente en el certamen nacional. Si esta participación se confirma, ¿podría darse una final entre Garrigós y Bernabéu? “Es muy aventurado pensar en una final entre ambos. Primero, ha de confirmarse que Fran compite. Y después, esperar a la evolución del torneo. No obstante, podría darse esa final, claro. Y en ese escenario, Fran seguiría siendo el claro favorito, pero estoy seguro de que Jaume no desentonaría. Ahora bien, dentro de dos años, con un Jaume más maduro, más hecho, más experto, más consistente, con un mejor judo de suelo y con una mejor técnica de agarres, podría darse cualquier desenlace. A Fran, que todavía es joven, le quedan por delante años muy buenos, pero Jaume apunta a su principal competencia en menos de 60 kg”, señala Uriarte.

Preguntada sobre qué y cuánto les falta para acceder a la élite internacional, Laura Gómez señala que ambos “ya se encuentran en la vanguardia internacional de la categoría junior. Yo los metería a los dos en el top 8 mundial. Marina todavía será junior un 2022. Seguro que en el Mundial y el Europeo del próximo curso aspirará a todo. Mientras, Jaume pasa a absoluto. Todavía podrá disputar dos años más el Europeo sub-23, pero, en el resto de competiciones nacionales e internacionales, ya tendrá que competir con los absolutos. Pero, si tus cimientos son buenos, y en el caso de Jaume lo son, esa transición no tiene por qué ser especialmente traumática o complicada”. Para ambos, el siguiente reto es inminente: dentro de dos semanas, afrontarán el Campeonato de España absoluto. Nueva opción para certificar todo lo que apuntan, que es mucho.