La experiencia sigue siendo un grado

Durante los últimos meses, especialmente desde el pasado verano, los principales éxitos del Proyecto FER correspondían a los deportistas más jóvenes. Las nuevas generaciones habían dado un paso adelante. En el reciente fin de semana, sin embargo, el protagonismo ha regresado a los más veteranos, a los más clásicos, a deportistas ilustres y admirables. Son los casos de Ricardo Ten, Maurice Eckhard y Julia Figueroa. Auténticas garantías. Valores seguros. Activos fiables. Además, ha habido un cuarto nombre propio, el de Salvador Cases, que ha vuelto a apuntalar su crecimiento. Suyos han sido los momentos más vibrantes y emocionantes de las últimas jornadas. Los repasamos.

Ricardo Ten, más leyenda; Maurice Eckhard, eterna juventud

 

Cuatro de cuatro. Pleno de podios en las pruebas individuales. Así de deslumbrante ha sido el balance del Campeonato del Mundo de ciclismo adaptado en pista para Ricardo Ten (categoría MC1). En Francia, sede del evento, el incombustible deportista valenciano ha acumulado tres oros (persecución individual de 3 km, scratch y omnium) y una plata (1 kilometro). De este espectacular botín, destaca, especialmente, la victoria en la persecución de 3 km, la prueba reina. A sus 47 años, Ten ya suma 13 medallas en los cuatro Mundiales de pista disputados desde 2018: ocho oros, dos platas y tres bronces. Aunque siempre apueste por la prudencia, el ciclista FER se acerca, a toda velocidad, hacia los Juegos Paralímpicos de París.

Mientras, Maurice Eckhard sigue exprimiendo al máximo su dilatada trayectoria. A sus 39 años, continúa siendo competitivo. Aunque en la prueba principal, la persecución individual de 3 km MC2, ocupó la octava plaza, de 21 participantes, sí pescó una medalla de bronce en el scratch, la modalidad en la que se proclamó campeón mundial en 2021. Maurice plasma con resultados su diversión encima de una bicicleta.

Oro y bronce en el Grand Slam de judo en Abu Dabi

El mejor momento de su amplia carrera merecía el mayor de los premios: una medalla de oro. Cuestión de lógica, de proporción y de justicia. Julia Figueroa regresó el viernes al escalón más alto del podio en un Grand Slam. Fue en Abu Dabi. No es la primera vez. Con anterioridad, lo había conseguido en Tiumén, Rusia, en el año 2015; y en Bakú, Azerbaiyán, en el año 2016. Durante estos seis años, había rozado la victoria en diversas ocasiones. Por ejemplo, en 2019, se colgó la plata en Ekaterimburgo, Bakú y Osaka. En 2020, conquistó el bronce en Dusseldorf. En 2021, logró más bronces, en Tel Aviv y Tiblisi. Y en 2022, había sido bronce, de nuevo, en Tel Aviv y plata en Budapest.

A sus 31 años, la judoca FER se encuentra pletórica, inmensa. En el tatami, transmite seguridad, personalidad, decisión, firmeza. Sus puestas en escena son muy sólidas. Aunque el judo es un deporte muy traicionero y puede ser letal con sólo un segundo de desconcentración, Julia se muestra solvente. Difícil “pillarle”. Esta medalla de oro lograda en Abu Dabi compensa la decepción experimentada en el Campeonato del Mundo, en Uzbekistán. Hace apenas tres semanas, Figueroa abandonó el certamen universal con la sensación de que había desaprovechado una oportunidad inmejorable de proclamarse campeona mundial.

El año 2022 ya es un curso de ensueño para Julia Figueroa. Pero aún puede serlo mejor. La judoca FER (menos 48 kg) todavía tiene previsto disputar dos torneos del máximo nivel. Dentro de dos semanas, el 4 de noviembre, afrontará el Grand Slam de Bakú. Por último, días antes de Navidad, viajará a Jerusalén para competir en el Master, el certamen que reúne a los y las 32 mejores del mundo en cada categoría de peso.

La segunda medalla en el Grand Slam de judo en Abu Dabi fue el bronce conquistado por Salva Cases (Alicante 23 años). Tras el sinsabor sufrido en el Mundial de Uzbekistán, certamen en el que había depositado muchas esperanzas, pero en el que cayó eliminado en el primer combate, Cases vuelve a demostrar su crecimiento y solvencia. También, su madurez y capacidad de reacción. Al igual que en el Grand Slam de Antalya, disputado en abril y donde también se colgó el bronce, el judoca FER se rehízo tras perder en cuartos de final y firmó sendas victorias en los dos últimos combates. El deportista alicantino (menos 7 kg) ha alcanzado una regularidad que, en condiciones normales, le debería de conducir hacia los Juegos de París.

Gigantesco paso adelante del regatista Jorge Aranzueque

Otra de las buenas noticias de las últimas semanas ha sido la brillante 12ª plaza alcanzada por Jorge Aranzueque en el Campeonato del Mundo de vela clase iQFoil, certamen desarrollado en Brest, Francia, y que reunió a 164 competidores. Además, el regatista alicantino (Santa Pola, 21 años) se convirtió en el mejor de los 10 españoles presentes en el evento. Un excelente resultado que le permite ver el futuro con mucho optimismo.