La llamada más especial para Fran Osete

En ocasiones, una simple llamada telefónica puede tener efectos milagrosos. Casi terapéuticos. Como la que recibió el pasado martes, 28 de mayo, Francisco Osete Muñoz (Valencia, 30/03/2000). “El fin de semana anterior, había jugado el Costa Blanca rugby sevens con una especie de selección española B. Me hice daño en mi rodilla derecha; pero, de repente, el dolor desapareció”, evoca, con una sonrisa, el deportista valenciano. Al otro lado del teléfono, Matías Tudela, ReFERente del Proyecto FER, le formuló una propuesta irrenunciable. “Matías me trasladó un ofrecimiento de Pablo Feijoo, el seleccionador nacional de rugby seven, para viajar con el combinado absoluta a París, sede de la décima y última Serie Mundial de la temporada. Tenía que responderle a la mayor brevedad posible. La propuesta me llegó a las 10 de la mañana. El viaje era esa misma tarde del martes. Ni lo dudé. Y eso que estaba en plena preparación de la prueba de acceso a la Universidad y de, por tanto, jugarme gran parte de mi futuro académico. Realmente, apenas recuerdo el diálogo con Matías. Estaba tan emocionado… Solo sé que todo fue muy rápido y que, a las pocas horas, estaba en un avión con destino a Francia”, señala Fran.

Desde que inició la aventura, Fran Osete tenía claros los objetivos: disfrutar, observar y aprender. Ser una esponja. Sin sospecharlo, de forma súbita, el nuevo componente del Proyecto FER iba a ser partícipe de una experiencia única. Soñada. “Las Series Mundiales son la competición estrella del rugby seven. Era consciente de que esta última fase de París era un trámite. España ya estaba salvada. Por ello, había algunas bajas importantes. De hecho, este es el motivo que me permitió ir, soy consciente. Y, además, sólo ganamos 1 de los 5 partidos que disputamos. Pero esto para mí es indiferente y secundario. Sólo por el hecho de que Pablo Feijoo pensara en mí como una de las opciones, ya estoy feliz. Nunca imaginé que este momento me llegaría tan pronto” comenta el deportista valenciano.

Fran Osete

De todas las experiencias vividas durante la pasada semana en Francia, Fran reconoce que es casi imposible ser selectivo y quedarse con dos o tres. “Pero, como no podía ser de otra manera, recuerdo especialmente el momento de mi debut. Jugué los últimos minutos del partido contra Estados Unidos. Perdimos claramente. En todo caso, experimenté unas sensaciones indescriptibles al enfrentarme a dos de mis grandes referentes, los jugadores americanos Perry Barker y Carlin Isles. Es más, pude placar a ambos, no se me escaparon”, rememora el deportista valenciano. “Curiosamente, tuve más nervios en los partidos posteriores, ante Canadá y frente a Samoa. Eso sí, estuve muy cómodo durante toda la concentración. Tener a Matías Tudela de anfitrión y apoyo no tiene precio. Estoy muy agradecido a todo lo que Matías está haciendo por mí. Me está enseñando mucho. Además, es una persona extraordinaria. Ojalá pueda asumir el relevo de los Sempere, Tudela o Carrión”, añade Fran Osete.

Precisamente, Fran concluye hoy la selectividad. Si todo va bien, sus planes de futuro pasan por irse a Madrid a estudiar Comunicación Audiovisual y “sobre todo, a estar muy cerca del ámbito del rugby seven, aunque también tengo opciones de jugar en algún equipo madrileño en División de honor de rugby 15. Pero esto son todavía intenciones y conjeturas. Tampoco descarto quedarme en algún conjunto de Valencia. Vamos a ver cómo se desarrollan las próximas semanas”, comenta el componente del Proyecto FER. Con todo, Fran Osete tiene claro que va a enfocar su trayectoria deportiva hacia el seven. “Mi objetivo es que la convocatoria de la pasada semana con la selección sea la primera de muchas. En 2018, ya fui bronce con España en el Europeo sub-18. A nivel físico, mis puntos fuertes son la velocidad y la potencia. Soy el Marcos Poggi del futuro”, bromea. “Por contra, soy consciente de que he de coger más peso y fortalecer mi aspecto físico. Todo llegará”, concluye Fran. De momento, a esperar la nota del selectivo y a perfilar su futuro. Y por supuesto, a estar pendiente del teléfono. Hay llamadas mágicas.

Sólo el hecho de que Pablo Feijoo pensara en mí, me hace feliz. No imaginaba que este momento llegaría tan pronto