Casi medio año después de poner punto y final a la temporada anterior, los esgrimistas del Proyecto FER afinan su preparación y afilan sus espadas ante el inminente inicio del próximo curso. Guillermo Sánchez Rodríguez y Manu Bargues se adentrarán en breve en un nuevo ejercicio repleto de retos, ilusiones y objetivos. De hecho, este próximo sábado, 3 de octubre, afrontan su primera competición del curso: el Open Internacional absoluto en Budapest. Será el pistoletazo de salida a una aventura en la que esperan apuntalar su crecimiento y progresión.
Cuando ambos tiradores FER hacen repaso de la pasada temporada, en sus recuerdos se agolpan luces y sombras, alegrías y sinsabores. Guillermo, por ejemplo, vivió su mejor momento cuando consiguió la tercera plaza en una prueba del ranking nacional absoluto, mientras que experimentó su mayor decepción con su eliminación en la fase previa del Campeonato de España senior. Por su parte, Manu Bargues rememora con especial emoción dos hitos: la reedición del título de campeón nacional junior, y la clasificación para el cuadro final de la Copa del Mundo absoluta celebrada en Paris. Por el contrario, transcurrido un tiempo, Manu todavía lamenta que la selección española no cumpliera con su condición de claro aspirante al podio en el torneo por equipos tanto en el Europeo junior de Eslovenia (quintos) como en el Mundial junior de Uzbekistán (cuartos)
Para este nuevo curso, los objetivos de ambos deportistas FER están bastante definidos. Manu aspira a “acceder al cuadro final en alguna prueba del calendario internacional del máximo nivel, tal y como hice en Paris el pasado mes de mayo, y empezar a abrirme paso en la selección española absoluta”. Mientras, Guillermo Sánchez también persigue “clasificarme entre los 64 mejores que acceden al tablón final de las Copas del Mundo absolutas y repetir podio en alguna prueba del ranking nacional”. Y en las agendas de los dos esgrimistas, hay dos citas que aparecen subrayadas y en mayúscula: el Campeonato de España absoluto y el Campeonato de Europa sub 23, categoría en la que Manu debuta y en la que Guillermo cumple su segunda temporada.
Ambos conocen sus virtudes y sus defectos. “Creo que mi mayor fortaleza es saber medir las distancias para emprender las acciones ofensivas; por el contrario, considero que debo mejorar cuando he de defenderme desde el fondo”, apunta Manu. El autoexamen de Guillermo es el siguiente: “lo mejor que tengo es la ganas de trabajar, de mejorar y de superarme, y mi punto débil es la forma física, he de reforzarla como sea”. Los dos esgrimistas son conscientes de que su presencia en Rio 2016 es casi imposible. De hecho, ya es difícil que la selección española pueda clasificarse para el torneo olímpico por equipos. Ahora bien, tienen grabado a fuego en su mente Tokio 2020. Y cuando se les pide su opinión sobre el actual estado de la esgrima española en categoría absoluta, mientras Manu comenta que estamos “un poco rezagados a nivel internacional porque los senior ya han alcanzado su máximo nivel, y los jóvenes tenemos que dar un salto para coger el relevo con plenas garantías”, Guillermo comenta que sería “vital que el equipo nacional se clasificara para Rio. Hace falta un golpe de efecto y de autoestima”. Reflexiones autorizadas de dos de los tiradores llamados a liderar la esgrima española en el futuro.