Miguel Payá y Mateo Fernández, ante el momento del año: el Nacional sub-19 de bádminton

La edad de oro del deporte español ha permitido descubrir una modalidad que, hasta hace pocos años, era una perfecta desconocida. La responsable de tal hallazgo ha sido Carolina Marín, toda una pionera. Su mérito es inmenso. La mítica deportista onubense partía de cero. O de menos cero. El bádminton era ajeno a nuestros gustos y tradiciones. Cuando ganó en 2014 el primero de sus tres Mundiales, había 6.800 licencias en España. Tres lustros antes, Francia ya contaba con 60.000. En Asia, eran legión. Sólo en China existían 100 millones. Sin embargo, Carolina se convirtió en campeona olímpica. Un hecho insólito, anómalo. Hace ahora unos meses, su rodilla, su desgracia y sus lágrimas en los Juegos de París se convirtieron en la rodilla, la desgracia y las lágrimas de todo un país.

Después de unos años de ausencia, el bádminton ha regresado al Proyecto FER. Ello ha sido posible gracias a dos jóvenes jugadores alicantinos. Ambos son naturales de El Campello y tienen 17 años. Son Mateo Fernández Rey y Miguel Payá Calpena. Durante el pasado curso, se proclamaron campeones de España sub-17 en dobles masculino. Curiosamente, Mateo y Miguel se iniciaron en este deporte por querer emular a sus hermanos mayores. Hermano, en el caso de Mateo. Hermana, en el de Miguel. A Mateo, lo que más le gusta del bádminton “es la oportunidad de viajar y  de conocer a mucha gente. Y, por supuesto, salir a la pista y enfrentarme con rivales del máximo nivel. Por contra, no soporto perder. He de gestionar mejor la frustración que me generan los fallos”, señala Fernández Rey.

A la hora de autodefinirse, Mateo comenta que sus puntos fuertes son “no rendirme con facilidad, mi capacidad para remontar situaciones o marcadores en contra, y respetar siempre al rival, por inferior que sea”. Ha habido que esperar al mes de noviembre para que los dos deportistas FER afronten en Huelva su gran reto del curso: el Campeonato de España sub-19, categoría de edad a la que se han incorporado este año y a la que también pertenecerán en 2026. Practicante también de la natación y del ciclismo, Mateo prefiere la modalidad individual (“porque disfruto de los movimientos por toda la pista y dependo sólo de mí”), y tiene como gran ídolo y referente al danés Victor Axelsen.

Por su parte, Miguel Payá se inclina más por la especialidad de dobles. “Me gusta más porque es muy reconfortante tener al lado a un compañero que te apoya cuando las cosas se tuercen. En mi caso, además, Mateo es mucho más que un compañero. Es un amigo. Llevamos jugando juntos muchos años”, comenta el nuevo deportista FER, quien añade: “Me considero una persona y un deportista muy constante. Además, intento ser siempre positivo y optimista. Siempre estoy motivado. No me cuesta entrenar. Quizás, he de controlar mejor los nervios antes y durante los partidos”, comenta Payà Calpena.

Gracias a Carolina Marín, el bádminton es mucho más popular y seguido en España. No obstante, Miguel Payá lamenta que todavía sea un deporte con poca visibilidad y proyección en nuestro país. Miguel no recurre a grandes estrellas a la hora de citar a algunos de sus referentes: Dos alicantinos como Jaume Pérez y Fran Olivares son dos espejos en los que reflejarme. Son compañeros míos en el Centro de Tecnificación de Alicante. Quizás, no sean grandes figuras, pero, para mí, están a un nivel altísimo. Los admiro, y no sólo por lo puramente deportivo, también por cómo son fuera de la pista”, cuenta.

Durante 2025, sus mejores resultados como pareja de dobles han sido las primeras plazas conseguidas en los Máster Nacional 3 celebrados en Estella, Navarra, y en Tordesillas, Valladolid. En el Campeonato de España de este fin de semana, ambos no sólo competirán en dobles masculino. También lo harán en el cuadro individual. “En el ranking nacional de dobles, vamos los terceros. Es decir, de inicio, no partimos como favoritos, pero tenemos nuestras opciones. Cuanto menos, deberíamos de llegar a semifinales. A partir de ahí, puede pasar cualquier cosa”, apuntan Miguel y Mateo. A por todas.