Meritxell Blesa: la pionera del FER 2018

Una de las grandes novedades del FER 2018 es la incorporación del sóftbol, un deporte que, tras su ausencia en los Juegos de Londres 2012 y Río 2016, regresará al programa olímpico en Tokio 2020. La pionera es Meritxell Blesa Escriche, una deportista de 21 años, nacida en Valencia, estudiante de Fisioterapia y componente del Club Sófbol Fènix de la capital del Turia. A pesar de su juventud, la nueva componente del equipo FER ya ha formado parte de la selección absoluta. De hecho, el pasado año fue partícipe de la meritoria séptima plaza que el combinado nacional obtuvo en el Campeonato de Europa celebrado en Italia. Lo de Meritxell y el sóftbol no fue un flechazo instantáneo. “Tuve un primer contacto con este deporte a los 10 años, pero no me convenció. De hecho, opté por continuar con lo que practicaba y realmente me gustaba, el fútbol sala. Dos años más tarde, el sóftbol volvió a cruzarse en mi camino y, ahí sí, fue para quedarse. Han pasado nueve años y, cada día que pasa, me gusta más”, comenta la deportista valenciana.

MERITXELL BLESA

«Aunque no soy objetiva, y tampoco pretendo serlo, el sóftbol es un deporte apasionante. Para mí, su principal encanto es la rapidez con la que se desarrolla. En menos de 3 segundos, has de realizar diversas acciones defensivas: desplazamiento, coger la bola y lanzarla con precisión a tu diana. Y en ataque, más de lo mismo. Has de localizar dónde va la bola, identificar el efecto que describe y decidir si entra en los límites para ser bateada o no. Ya digo, este vértigo engancha, es especial. Por lo menos, para mí”, cuenta, entusiasmada, Meritxell. En realidad, la nueva integrante del Proyecto FER es una enamorada del deporte. Cualquier modalidad le seduce. Ahora bien, dentro de su particular forma de ser, en cuanto dispone de tiempo libre, “escalo, patino o hago danza contemporánea”, añade la valenciana.

El sóftbol es un deporte apasionante. Para mí, su principal encanto es la rapidez»

Por diferentes razones, Meritxell no participará este año en ningún gran campeonato internacional con la selección española. Por tanto, durante este curso, centrará sus energías en su club, el Fènix de Valencia. El objetivo es muy claro: revalidar el título de liga alcanzado en 2017. Su demarcación es la de short stop, término equivalente a paradora en corto en castellano. Cuando se le pregunta por algún referente, la nueva integrante del Proyecto FER cita el nombre de Britt Vonk, una célebre jugadora holandesa que, con tan solo 17 años, fue olímpica en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Todo un espejo, toda una inspiración, para Meritxell, quien “sacrificaría muchas cosas y sería capaz de otras tantas por cumplir mi sueño de ser olímpica algún día”.

Sus ansias por mejorar y progresar se reflejan en su intención de viajar a Australia, uno de los paraísos y grandes potencias del sóftbol a nivel mundial, el próximo mes de octubre. “Allí solo puedo aprender. Me lo estoy planteando muy seriamente. Si finalmente doy el paso, no cabe duda de que esta experiencia será posible, en gran medida, gracias al Proyecto FER”, explica Meritxell. Todavía es muy joven; todavía tiene mucho camino por recorrer; todavía, muchas experiencias por acumular, pero la pionera del FER 2018 sujeta con fuerza su bate. Y percute con fuerza.