Pablo Torrijos, a ojos de su mentor

«El gurú de los saltos», «El mago del triple», «el siciliano socarrón»… Son algunos de los epítetos o calificativos que la prensa especializada en atletismo ha dedicado a Claudio Veneziano. Este italiano nacido en Siracusa (Sicilia) hace 53 años aterrizó en Castellón en 1995. En aquel momento, Pablo Torrijos, uno de los atletas españoles más de moda en la actualidad, sólo tenía 3 años. Ahora, dos décadas después, y con Veneziano plenamente integrado en la Comunitat Valenciana, el entrenador transalpino coordina una de las cunas del triple salto más fértiles, respetadas, admiradas, prestigiosas y prolíficas de toda Europa, la del Playas de Castellón. Su trabajo, su experiencia y su sabiduría han encontrado, por fin, proyección y eco mediático en las últimas semanas con motivo de la explosión del saltador FER, flamante subcampeón de Europa en pista cubierta con 17,04m, nuevo record nacional. Hoy por hoy, ambos forman un binomio triunfal. Así ve Claudio Veneziano a su discípulo.

Después de las últimas actuaciones de Pablo, y después de saltar por dos veces más de 17m en apenas dos semanas, ¿hasta dónde puede llegar el saltador FER?
No es fácil contestar a esta pregunta. Hace 3 semanas, hubiera dicho que podía llegar hasta los 17m, pero ahora han cambiado los planes. No me atrevo a precisar una distancia concreta. No es sencillo cuantificar las opciones reales de Pablo cuando hay tantas variables en juego (por ejemplo, los 21 centímetros que se dejó antes de la tabla en el salto que le dio la plata en Praga). Lo que sí digo es que estos 17,04m no son todavía su límite

Pero atrévase con una cifra. ¿Ve a Pablo llegando hasta los 17’20?
Sí. De momento, me atrevo a decir que puede llegar a los 17,20m (risas)

Tras la plata europea en pista cubierta, la afición espera que Pablo suba al podio en el Campeonato del Mundo al aire libre de Pekín en agosto…
Paso a paso. En triple salto, un Campeonato de Europa y un Mundial no tienen nada que ver. En Pekín, hay que añadir principalmente a cubanos y estadounidenses. El nivel y la exigencia son mayores. Hay que ser realistas. Para nosotros, conseguir la condición de finalista (acabar entre los 8 primeros) ya sería todo un éxito.

¿Es usted el primer sorprendido por esta eclosión del saltador FER?
Si soy sincero, sí. Pablo lleva trabajando durante los últimos años con mucha profesionalidad, exigencia y rigor. Su ética de trabajo en el día a día es impecable. Esperaba que fuera un buen año, pensaba que podía superar el muro de los 17m, pero reconozco que no esperaba una explosión tan rápida.

Destáquenos virtudes y algún defecto, si es que lo tiene, de Pablo a título personal
Defectos, ninguno. De verdad, intento encontrarle alguno, pero no los detecto. Y virtudes, muchas. Es una gran persona, es humilde, es trabajador, es serio, es constante, es metódico, es profesional…

¿Y virtudes y defectos, o aspectos que puede pulir, en el plano deportivo?
Es un excelente competidor. Siempre lo ha sido, pero ahora que los focos lo apuntaban, lo ha demostrado todavía más. Ha alcanzado una gran madurez y confianza, aspectos claves para responder a la presión. Lo evidenció en Praga. Y en cuanto a qué puede o debe mejorar, no hay duda: ajustar más el salto a la tabla. Pero eso es un trabajo que nos corresponde a ambos, a él y mí.

¿Es buen «alumno», encaja bien sus correcciones, observaciones y críticas?
Extremadamente. Es disciplinado y autocrítico, valores muy importantes para seguir creciendo.

Por último, ¿qué opina Claudio Veneziano sobre el Proyecto FER?
Sólo tengo palabras de reconocimiento y agradecimiento. Es una iniciativa fantástica que da tranquilidad, confianza y apoyo a los deportistas valencianos, tanto en el aspecto económico,  como en el anímico y personal. Lo digo con conocimiento de causa: el Proyecto FER también se puede sentir partícipe de este éxito de Pablo Torrijos. Ojalá la relación continúe mucho tiempo.