Regreso al epicentro de la felicidad. Reencuentro con el escenario de la proeza. De la creciente nómina de éxitos que Pau Martí Soriano empieza a acumular en su, todavía, incipiente palmarés, hay uno del que se siente especialmente orgulloso: la tercera plaza alcanzada en la clasificación general del Giro de Italia sub-23 del pasado curso. Un año después, el joven ciclista valenciano vuelve al país transalpino con el objetivo de, por qué no, repetir podio e, incluso, de pujar por la maglia rosa, la prenda que corona al campeón de la ronda italiana.
Con Pau Martí (Moixent, 21 años, sub-23 de tercera y penúltima temporada), nada es descartable. Sin llegar, todavía, a la aureola de los, entre otros, Juan Ayuso, Carlos Rodríguez, Pablo Torres o Iván Romeo, el ciclista FER se perfila como uno de los futuros ases del ciclismo español. Va a su ritmo. Sin prisa, pero sin pausa. Su evolución se cocina a fuego lento. Avanza, progresa. De forma sostenida, gradual e incesante. El deportista valenciano, además, afronta el Giro sub-23 con la moral por las nubes. El pasado fin de semana, lograba la primera gran victoria internacional de su trayectoria. Pau se adjudicaba la general de la Course de la Paix Grand Prix, prueba de cuatro jornadas, exclusiva para ciclistas de la categoría sub-23 y que se celebra en la República Checa. Una nueva evidencia de su clase, talento y proyección.
Al margen de la reciente victoria en las carreteras checas, desde que arrancó 2025, Pau ha firmado resultados muy interesantes: 19º puesto en la Vuelta a Murcia; 25ª plaza en la Clásica de Jaén; 4ª posición en la general de la Vuelta al Alentejo, en Portugal; 12ª puesto en la Lieja-Bastoña-Lieja sub-23; o top-15 (fue 14º) en la general de la Vuelta a Asturias. El Giro de Italia sub-23 arranca en la ciudad de Rho, cerca de Milán, el día 15 y concluye en Pinerolo, junto a Turín, el domingo 22.

Todo un regalo. Una enorme alegría. Es, hasta el momento, mi victoria más importante. Es mi primer triunfo internacional y, además, en categoría sub-23. Después de estar rozándolo muchas veces, poder rematar todo el trabajo genera una gran satisfacción.
Claro que firmaría repetir ese resultado. Con el gran nivel que habrá y los rivales tan buenos que tendré enfrente, ocupar, de nuevo, una plaza de podio sería un éxito. Quiero añadir que la reciente victoria en la República Checa demuestra que la concentración en altura que estamos llevando a cabo en las últimas semanas ha dado grandes resultados. Espero que también dé sus frutos en este Giro sub-23.
Es un recorrido parecido al del pasado año. El Giro empieza con una crono, tiene dos finales en alto, dos etapas más o menos llanas y tres jornadas de media montaña. Es un trazado bastante equilibrado. Me gusta, me favorece. Yo me muevo bien en diferentes perfiles y terrenos, ya sean días duros con puertos largos, como jornadas más rápidas y explosivas. Soy optimista.
Me quedaría con mi gran rendimiento en la Vuelta a Asturias y con la bonita experiencia en O Gran Camiño (la Vuelta Ciclista a Galicia).
Respetando, por supuesto, a todos los participantes, señalo al belga Jarno Widar, ganador en 2024, al italiano Simone Gualdi, al también italiano Lorenzo Mark Finn, campeón del mundo en ruta en 2024, al francés Paul Seixas, a mi amigo Adriá Pericas… y espero que a mí.
Así es. En primer lugar, la Vuelta a Portugal, una ronda de 10 jornadas y que será la prueba más larga a la que me enfrentaré. Y sólo una semana después, llegará el Tour del Porvenir, que es, posiblemente, la carrera sub-23 más prestigiosa junto con el Giro.