Paula Soria: la magia y la amargura del deporte en apenas un año

La magia y la amargura. La grandeza y la miseria. La felicidad y la desgracia. En menos de un año, Paula Soria experimentó las dos caras del deporte. O lo que es lo mismo, las dos caras de la vida. Durante 2024, la jugadora de vóley playa disfrutó de unos días únicos, irrepetibles, con su participación en los Juegos Olímpicos de París. Esos momentos permanecerán, para siempre, en su retina y memoria. Once meses después, llegó la fatalidad. El instante más temido y odiado por los deportistas.

El pasado 25 de junio, Paula (Orihuela, cumplirá 33 años en enero) sufría una lesión de gravedad en su rodilla izquierda. Un mal gesto, un mal apoyo en la arena tras, curiosamente, un remate ganador le provocaba una luxación de la rótula y una rotura parcial del ligamento lateral interno. Pese a que evitó el quirófano, la temporada había finalizado antes de lo previsto. Era el primer contratiempo físico de consideración en toda su trayectoria deportiva. Y para más ironías y paradojas, la embajadora FER padecía esta desgracia en el Pro Tour Challenge de Polonia, el torneo que, en 2024, le había asegurado el pasaporte olímpico gracias a una medalla de bronce alcanzada con Liliana Fernández.

Ahora, cuatro meses después de la desdicha, Paula Soria ya ha dejado atrás lo peor. Todavía no está plenamente recuperada, pero ya empieza a atisbar el final de la pesadilla. Atrás quedan diferentes fases. En primer lugar, la incredulidad. Después, la desolación. A continuación, la resignación. Acto seguido, la aceptación. Por último, la rehabilitación. La deportista alicantina espera estar en plenitud para marzo de 2026, instante en que arrancará la nueva temporada internacional del vóley playa. Seguirá formando pareja con la madrileña, Belén Carro.

¿En qué fase de la recuperación estás ahora? ¿Ya no cojeas, ya estás haciendo algo de actividad física?

Desde hace semanas, hago vida normal. Ni cojeo ni llevo muletas. En lo puramente deportivo, ya llevo un tiempo con actividad en el gimnasio. Ahora bien, todavía no estoy donde me gustaría. Sobre todo, porque el cartílago no acaba de recuperarse y me está dando algunos problemas. Mejoro, pero más lenta de lo que quisiera.

Felizmente para ti, nunca habías tenido una lesión tan seria en tu carrera deportiva. ¿Cómo lo has llevado? ¿Te ha resultado muy complicado gestionar esta situación?

Fácil no ha sido. Ni lo ha sido ni lo está siendo. He alternado, y sigo alternando, momentos de tranquilidad y cierto ánimo con otros de crisis, dudas y miedos. Pero en el global, lo he llevado relativamente bien. Con lo activa, nerviosa e impaciente que soy, diría que mejor de lo esperado. Y en este punto, he de agradecer a todo mi círculo de confianza, tanto a mi familia como al gran equipo que me rodea (entrenador, preparadores físicos y fisios). Y especialmente, a mi pareja, a Remi, que ha sido taxista, cocinero, psicólogo, enfermero y muchas cosas más.

Imaginamos que, en marzo de 2026, cuando arranque la nueva temporada, ya estarás en perfectas condiciones, ¿verdad?

Esa es la idea, llegar a marzo totalmente recuperada. Pero ese momento aún queda lejos. Si miro a marzo y me ve cómo estoy ahora, me agobio, porque repito, aún queda un camino por recorrer. Aunque la cabeza mire al futuro, hay que ir paso a paso, ser paciente y celebrar las mejoras que voy notando semana tras semana.

Para terminar, dos preguntas deportivas. La lesión coincidió con tu mejor momento físico y de juego. ¿Crees que puedes recuperar el nivel que habías alcanzado o tienes dudas?

El tiempo lo dirá. Es verdad que la lesión llegó cuando atravesaba uno de mis mejores momentos. En lo físico, estaba pletórica, sin dolores. Y en lo técnico, seguía con la dinámica de 2024 y había progresado mucho. Como decía antes, las dudas y los miedos son inevitables. Aunque, cuando regrese, necesitaré un tiempo, ¿por qué no pensar en que volveré a ser la mejor Paula?

Al margen de esta desgracia, la temporada no iba especialmente bien. ¿Qué podemos esperar de la pareja Paula Soria-Belén Carro cuando retoméis las competiciones?

Empezamos con altibajos porque apenas entrenamos juntas y nos lanzamos enseguida a competir. En noviembre, ya volveremos a reunirnos, con lo cual tenemos mucho tiempo para, en primer lugar, mejorar de la lesión, y, después, avanzar en nuestra compenetración. Quiero ser optimista porque tenemos tiempo por delante y, sobre todo, mucho margen de mejora. Veremos.