Quique Llopis y Luis Salort, el relevo natural de Orlando Ortega

Ahora que Orlando Ortega, reciente medallista en los 110m vallas del Mundial de Doha, ha vuelto a acaparar todos los focos (fue reparado con el bronce tras la caída sufrida en la final) adquiere, si cabe, más fuerza el podio del pasado Campeonato de España. En el estadio de La Nucía, a principios de septiembre, a Orlando lo escoltaron dos jóvenes deportistas valencianos. Ambos, del Proyecto FER. Enrique Llopis y Luis Salort, segundo y tercer clasificados, respectivamente, en la final del Nacional absoluto, se reafirmaron como los sucesores de Ortega. A medio y, sobre todo, a largo plazo. El atleta de La Habana se encuentra en plena madurez. Todavía tiene 28 años. No obstante, llegue su final más tarde o más temprano, el relevo del hispano cubano lo representan estos dos grandes valores del atletismo de la Comunitat Valenciana. Dos vallistas que, en su día, lo compartieron casi todo, que hace un año separaron sus caminos y que no sólo tienen en común su prometedor futuro. También les une algún que otro infortunio en momentos especialmente significativos.

Luis Salort (de 20 años, natural de Gandía) y Quique Llopis (19 años, natural de Bellreguard) compartieron el día a día deportivo hasta el mes de octubre de 2018. En ese momento, Luis decidió abandonar su Gandía natal. Se desvinculó del grupo de trabajo que coordina el prestigioso entrenador Toni Puig y decidió desplazarse a Valencia para ponerse a las órdenes del no menos reconocido Rafa Blanquer. Las razones de Salort siempre fueron las mismas: “necesitaba un cambio de aires, necesitaba nuevos estímulos”. Entre las consecuencias del cambio y las malditas lesiones, el gandiense se alejó de su mejor nivel. No pudo lograr su gran objetivo: clasificarse para el Campeonato de Europa sub-23. Luis asumió los hechos con naturalidad, sin dramatismo. “Temporada de transición”, decía para espantar la ansiedad. Quizás por ello, porque clavó el diagnóstico y acertó a la hora de asimilar lo ocurrido, en el último evento de la temporada, ofreció un fogonazo de su indudable calidad: medalla de bronce en el Nacional absoluto y, lo más importante, marca personal: 13,97. Por primera vez, bajó de los 14 segundos.

En La Nucía, por delante de Salort, quedó Quique Llopis, segundo, con una marca de 13,85. Su mejor registro con vallas de categoría absoluta es de 13.75. Para el deportista de Bellreguard, el año 2019 ha sido una auténtica montaña rusa. El inicio fue apoteósico. En Madrid, en pista cubierta, logró unos imponentes 7,72 en vallas absolutas. Tal exhibición le permitió competir en el Campeonato de Europa absoluto en Glasgow, donde no desentonó. No obstante, Quique no modificó su discurso. Su gran objetivo era el Europeo sub-20 de Suecia, donde todos los pronósticos le daban como, cuanto menos, favorito al podio. Sin embargo, una inoportuna indisposición se interpuso en su camino. Otro atleta, incluso, no hubiera competido. Llopis lo hizo y, en la final, acabó cuarto. Rozó el bronce. Inevitable pensar en ciertos fantasmas. En el Mundial juvenil de Kenia 2017, Quique se quedó a una centésima del bronce. En el Mundial sub-20 de 2018, Salort se cayó en la penúltima valla de la semifinal, cuando iba a ser segundo y Quique se tropezó en el primer obstáculo de la final. Y en 2019, las lesiones alejan a Salort del Europeo sub-23 y un virus deja a Quique bajo mínimos.

Todo lo relatado ya es historia. Ahora, los dos deportistas inician una temporada ilusionante. En el horizonte, como no podía ser de otra manera, los Juegos Olímpicos de Tokio. Para ambos, más bien, una aspiración. La mínima en los 110m vallas es prácticamente inalcanzable, 13,32. Ahora bien, se ha abierto otra puerta, otra opción: la que premia la regularidad, la que tiene en cuenta los resultados obtenidos a lo largo del último año: desde mayo de 2019 hasta finales de junio. En el estadio olímpico de Tokio, habrá 40 competidores en los 110m vallas. A la conclusión de la temporada pasada, a finales de septiembre, Llopis estaba en el puesto 51º. No parece del todo utópico. Y si no se pueden alcanzar los Juegos, 2020 reserva otra cita sugerente: el Campeonato de Europa a finales de agosto. Para Quique y Luis, el próximo curso no puede ofrecer más alicientes.