Rubén Padilla analiza junto a su madre su historia como remero

Sevilla puede presumir de arte, gracia y de tener un color especial que encandila a los turistas que pasean por sus callejuelas estrechas llenas de historia. Pero esta ciudad ,custodiada por la giralda, está siendo testigo del nacimiento de una gran estrella del remo español como es el joven alicantino Rubén Padilla.

La historia de esta perla que forma parte del Proyecto FER ,y que de momento atesora un bronce en el Mundial sub’23 como principal logro, se centra cada mañana en las aguas del Guadalquivir. Es ahí donde se esfuerza cada día para ser mejor remero y hacer realidad su sueño de ser algún día olímpico. Un sueño por el que ha tenido que renunciar a muchas cosas como cambiar Alicante por Sevilla y vivir alejado de su familia.

Pero pese a los kilómetros que les separan sigue sintiendo el calor familiar y en especial de la mujer que mejor le conoce y que nunca le ha fallado como es su madre. “Mi madre al igual que toda mi familia siempre han sido mi gran apoyo. Siempre me han respaldado en mis decisiones y eso siempre se lo agradeceré”, admite Rubén Padilla.

Una complicidad y admiración que se plasma perfectamente en el nuevo capítulo de ‘Entrevistas FER-Crec en tu’, donde ambos conversan sobre lo lejos que ha llegado aquel niño que jugaba a remar en las escuelas municipales de Alicante. Ese fue el inicio de todo y aunque sin tener antecedentes de remeros en su familia muy pronto tuvo claro que quería poner todo su esfuerzo y dedicación a este deporte.

En ese empeño por mejorar fue lo que llevó a trasladarse a Sevilla, ya que a la hora de competir se veía en desventaja respecto a los rivales que entrenaban en río. Fue una decisión dura, ya que se considera una persona muy familiar, y aunque hubo momentos complicados no se arrepiente porque es consciente que las aguas del río Guadalquivir ha sido su mejor pasaporte para acercarse a su gran sueño de luchar por ser olímpico. Una meta en la que también se embarca su familia, ya que como destaca, su propia madre creer en ese sueño es muy fácil al ver su felicidad.