Sólo unos pocos privilegiados pueden encadenar tres podios consecutivos en otros tantos Campeonatos de Europa. Sólo los elegidos están en condiciones de convertir en rutinario lo excepcional. Sólo ciertos superdotados son capaces de mantenerse en la vanguardia internacional durante cuatro años seguidos. Sólo las estrellas pueden mitigar los efectos de estar doce meses sin apenas competir. Sólo los más grandes tienen la fórmula para desterrar los fantasmas y las pesadillas del pasado, y para afrontar con la mente limpia un evento de la máxima relevancia… Un privilegiado, un elegido, un superdotado, una estrella, un grande. Todos estos términos son aplicables a Jorge Ureña Andreu (27 años, Onil). El deportista alicantino alcanzaba, este pasado fin de semana en Polonia, la medalla de plata en el heptatlón del Europeo de atletismo en pista cubierta. Es el tercer podio continental concatenado tras la plata de Belgrado 2017 y el oro de Glasgow 2019. Además, Ureña acumulaba unos valiosos puntos que apuntalan su candidatura para los Juegos Olímpicos de Tokio.
Mi rendimiento era una auténtica incógnita. Es más, dudaba, incluso, de si podría completar las 7 pruebas y concluir el heptatlón"
Jorge Ureña
El atleta alicantino afrontaba en Polonia toda una reválida. Entre la crisis sanitaria y diversos problemas físicos, no había completado una combinada desde el 1 de marzo de 2020, jornada en la que se proclamó campeón de España de heptatlón en Ourense. Pero el alicantino es un animal competitivo. Su gen combativo es indomable. Por supuesto, le acompañan la clase, la calidad y el talento. Y una mentalidad dura, pétrea, basada en una insultante normalidad, en una admirable naturalidad. Este pasado fin de semana, Jorge sólo cedió ante el francés Kevin Mayer, el mejor combinero del mundo en la actualidad. Ureña acumuló 6.158 puntos, marca inferior a las firmadas en Belgrado 2017 (6.227) y en Glasgow 2019 (6218), y relativamente lejana del récord de España (6.249 puntos) que ostenta él mismo desde principios de 2017. No obstante, lo numérico pasa a un segundo plano.
Ureña tuvo que enderezar su heptatlón tras no especialmente brillante. El alicantino estuvo correcto en las tres primeras pruebas: los 60m lisos, el salto de longitud y el lanzamiento de peso. Su explosión llegó en la cuarta modalidad, la que cerraba la primera jornada. Un excelente concurso en el salto de altura le permitió saltar de la séptima a la tercera plaza. Ya en el capítulo definitivo, mantuvo la inercia en los 60m vallas, en la pértiga y en los 1.000m, y se proclamó subcampeón de Europa. “Todas las medallas tienen su mérito, pero sí es cierto que ésta ha sido muy gratificante. Después de todo lo que ha ocurrido en el último año, después de todo lo que hemos sufrido en los últimos meses, después de todas las lesiones de los últimos tiempos, le doy más valor a esta plata de Polonia que al oro de Glasgow”, señala el atleta del Proyecto FER.
La emoción de Ureña está más que justificada. Entre la larga inactividad, entre los efectos de la pandemia, entre los problemas físicos, “acudía a Polonia envuelto de interrogantes. Mi rendimiento era una auténtica incógnita. Es más, dudaba, incluso, de si podría completar las 7 pruebas y concluir el heptatlón. Por tanto, el resultado ha sido tan gratificante como sorprendente. Estoy muy feliz”, apunta el deportista alicantino, quien añade: “Ahora, a descansar unos días y, de inmediato, a preparar la temporada de aire libre para conseguir esa mínima en decatlón que me dé el pase directo a los Juegos de Tokio. Sé que tengo muchas opciones de ser olímpico vía ranking, pero quiero conseguir el billete mediante la obtención de la mínima. La marca exigida, los 8.300 puntos, es muy dura, lo sé, pero, si me respeta la salud, estoy convencido de que la lograré”, señala Jorge.
Porque, una vez ha acreditado que es uno de los mejores en pista cubierta, Jorge Ureña tiene un gran reto por delante: demostrar que también puede conseguir espectaculares resultados en el decatlón de los grandes eventos internacionales al aire libre. De momento, sólo lo ha podido hacer en el Campeonato del Mundo disputado en Londres, certamen desarrollado durante el verano de 2017 y donde el atleta FER fue noveno con 8.125 puntos En el Europeo de Ámsterdam de 2016, tres nulos en el lanzamiento de disco le privaron de la mínima olímpica para Río y de una plaza en el podio. En el Europeo de Berlín de 2018, el grave error llegó con 3 nulos seguidos nada más comenzar el salto con pértiga. Y en 2019, una lesión le impidió participar en el Campeonato del Mundo disputado en Doha. En apenas cinco meses, Jorge podrá desquitarse, espantar temores, erradicar complejos y trasladar su fulgor de la pista cubierta al aire libre. Lo podrá hacer en los Juegos Olímpicos de Tokio. No hay mejor escenario.