El deporte valenciano tiene otra joya compartida. Una nueva perla polivalente y polifuncional, capaz de brillar tanto en el triatlón, como en el atletismo. En los últimos años, no han faltado ejemplos de grandes estrellas que han compaginado, con éxito, ambas modalidades. Sin ir más lejos, en la actualidad, los focos apuntan a Alex Yee. El británico se proclamó en París campeón olímpico de triatlón y, en breve, sólo dentro de dos meses, afrontará en Londres su primer Maratón. En la Comunitat Valenciana, David Cantero ha sido y, en cierto modo, sigue siendo, un modelo de cómo afrontar y despuntar en las dos especialidades. Y, por detrás de Cantero, aparece otro diamante con posibilidad de elegir. Es Xavi Cabanilles, natural de Gandía y de tan sólo 16 años. En principio, Xavi apunta al triatlón. Es la modalidad que más le seduce, que más le motiva. No obstante, sus últimas comparecencias en la carrera a pie han resultado deslumbrantes.
La temporada de Xavi Cabanilles no ha hecho más que empezar. No obstante, el inicio de curso no puede ser más espectacular. Hace pocas semanas, se proclamó campeón de España sub-18 de cros, en Getafe. Más recientemente, sus piernas y sus pies volvían a irradiar electricidad. El pasado vienes 7 de febrero, establecía un doble récord de España, en categoría sub-18 y sub-20, en los 3.000 metros. Además, en casa. En el Palau Luis Puig. Con su familia y amigos, en la grada, como testigos de excepción. Es cierto que la plusmarca nacional sub-20 le duró apenas 20 minutos, el tiempo que transcurrió entre el destello de Cabanilles y la imponente irrupción del catalán Álex Pintado, que, no sólo estableció el récord de España sub-20. También, europeo.
Pese a lo efímero y fugaz que resultó el tope nacional sub-20, Xavi Cabanilles tiene muchos motivos para estar feliz. Su marca, 8:02:54, le abre las puertas del Campeonato de Europa sub-20 al aire libre, previsto en Finlandia en el mes de agosto. Cabe recordar que, en atletismo, el deportista de Gandía es sub-18 de segundo año. De hecho, su intención es disputar el Nacional sub-18 en pista corta, que, curiosamente, también se celebrará en el Luis Puig durante el primer fin de semana de marzo. Semanas después, el 29 y el 30 de marzo, espera estar en su primera gran prueba de triatlón de la presente temporada: la Copa de Europa junior de Quarteira. Está a la espera de la decisión de la Federación Española.
La pasión que Xavi Cabanilles siente por el triatlón se remonta al verano de 2019. En aquel momento, el joven deportista FER tenía 11 años. Ya lo practicaba, pero como una mera afición, sin grandes expectativas, sin demasiadas pretensiones. No obstante, aquel verano de 2019 supuso un punto de inflexión. “Con motivo de las vacaciones de mis padres, que ya hacían triatlón, viajamos a Lausana para ver la Gran final de las Series Mundiales. Aquel espectáculo me fascinó, me cautivó. Pude ver en primera persona a las estrellas de ese momento. Además, dos valencianos, Roberto Sánchez Mantecón y Héctor Catalá se proclamaron campeones del mundo sub-23 y de triatlón adaptado, respectivamente. Ya digo, fue tal el cúmulo de emociones que me dije a mí mismo: yo, en el futuro, quiero ser como ellos”, recuerda Xavi.
“De momento, durante un tiempo, mi intención es compaginar ambas modalidades. Sé que llegará el momento en el que tendré que elegir. Y lo normal es que anteponga el triatlón, pero ya veremos”, señala el gandiense, quien, para esta temporada, se ha fijado un gran objetivo. “Este año, quiero ascender al podio en el Campeonato de Europa juvenil. En 2024, una caída me privó de estar arriba. Este año, sí me planteo colgarme una medalla”, expresa Xavi, quien se define “como un triatleta bastante equilibrado”. Y a la hora de construir el triatleta perfecto, se queda “con la natación de Henri Schoemen, el ciclismo de Kristian Blummenfelt, la carrera a pie de Alex Yee, la fuerza de Vincent Luis, la inteligencia de Javier Gómez Noya y la mentalidad de Hayden Wilde. No obstante, uno de mis grandes espejos es Roberto Sánchez Mantecón. Es el ejemplo perfecto de cómo crecer y progresar a base de esfuerzo, constancia y afán de superación. Y, además, es valenciano”, señala Cabanilles, quien tiene un gran ídolo: el ciclista esloveno Tadej Pogacar.