Gema Martí, una de las revelaciones del año

11 de marzo del año 2000. Una, por entonces, joven promesa del atletismo español, Berta Castells, lanzaba el martillo hasta los 64 metros justos. Ni un centímetro más y ni uno menos. Nadie en España y en categoría juvenil había alcanzado tal registro hasta ese momento. Lo que ninguna persona sabía es que esa plusmarca no se superaría hasta este año 2017. Tampoco que quien lograría tal gesta todavía no había nacido. Gema Martí (19/07/2000, Gandía) es una de esas deportistas que no tiene techo. Desde los 9 años milita en El Garbí, su club de atletismo de toda la vida. La entidad en la que esta temporada se ha revelado como una de las lanzadoras nacionales con más proyección.

Ya empezó a evidenciarlo a comienzos de este año. En febrero, en León, subió al segundo cajón del podio en el Campeonato de España de invierno de lanzamientos largos para menores. Meses después, en el inicio de la temporada al aire libre, ascendería un peldaño más. Medalla de oro en el Nacional juvenil de clubes. En esta ocasión, defendiendo los colores de su otro equipo, el Playas de Castellón. Dos grandes resultados que la impulsarían para afrontar su gran desafío de la temporada: la clasificación para el Campeonato del Mundo de la categoría.

El reto era mayúsculo. Después del quinto puesto en el Europeo de 2016, ahora -segundo año como juvenil-, quería despedirse de la categoría en un Mundial. Para conseguirlo, para lograr la mínima, puso en práctica la máxima de todo lanzador: “siempre más lejos”.

Su primera demostración llegó en un control federativo en Castellón, el 27 de mayo. Esa jornada, Martí batía el récord de España juvenil que estaba en manos de la mejor lanzadora nacional de todos los tiempos. Y no una vez, sino dos. En su primer intento alcanzó los 64.30 metros. Es decir, 30 centímetros más que el registro de Berta Castells. En su segunda tentativa, más de lo mismo. 30 centímetros más allá y la nueva plusmarca nacional quedaba establecida en 64.60 metros. Una marca que, sorprendentemente, tenía los días contados. Concretamente, veintiuno.

El 17 de junio la atleta de El Garbí volvería a evidenciar su pico de forma. Esta vez en un Campeonato Autonómico juvenil en Valencia. Un triunfo que vendría acompañado de una cifra desconocida para una deportista de su categoría hasta entonces: 65,03 metros. Un guarismo que también tendría fecha de caducidad. Una semana después, el 25 de junio, llegaría el Campeonato de España en Getafe. Un certamen en el que Martí revalidaría el título logrado en 2016. Su conquista del cetro nacional, no obstante, quedaría en un segundo plano. El motivo, una nueva plusmarca nacional. Esta vez con un tiro todavía más estratosférico ¡67 metros y 37 centímetros!

Así, con la séptima mejor marca de la competición, Martí acudió al Campeonato del Mundo. En Nairobi (Kenia), el sofocante calor de mediados de julio no supuso un obstáculo para que la deportista FER volviese a sorprender a propios y extraños. Primero, se “coló” entre las doce mejores con el tercer mejor disparo. Y luego, el octavo puesto en la final. Un excelente resultado que ponía el broche de oro a una competición, a una temporada y a una categoría esculpida a golpe de martillo.