Alejandra Quereda: “Sufro mucho, pero nunca quito los ojos del tapiz”

El escenario soñado. El decorado anhelado. El contexto deseado. Disputar en tu país, ante tu afición, con la cercanía de familiares y amigos, un Campeonato del Mundo que, además, es clasificatorio para los Juegos Olímpicos de París. Es la apasionante experiencia a la que se enfrentan, desde mañana, las gimnastas FER Polina Berezina y Alba Bautista. Ninguna de las dos nació en la Comunitat Valenciana, pero aquí se sienten como en casa. No en vano, ambas se han formado como lo que son, enormes deportistas, en diferentes enclaves de Castellón, Valencia y Alicante. Por todo ello, en estas horas previas al instante supremo, no pueden evitar una explosiva mezcla se sensaciones: emoción, ilusión, respeto, vértigo…

El reto al que se enfrentan Polina Berezina, de 25 años, y Alba Bautista, de 21, es mayúsculo. El torneo individual reparte 14 billetes para los Juegos de París. No cuentan para estos 14 cotizados pasaportes las tres gimnastas que ya tienen la plaza olímpica asegurada desde el Mundial de 2022: la italiana Sofia Raffaeli, la búlgara Stiliana Nikolova y la alemana Darja Varfolomeev. Es decir, en el más que probable caso de que estas tres deportistas ocupen uno de los 17 primeros puestos en el concurso general, las clasificadas para los Juegos de París serían esas 17 mejores de ese concurso general.

Hay un cambio importante con respecto a otros Mundiales. No habrá que esperar a la final individual all around para conocer a las destinatarias de los 14 billetes olímpicos. Las afortunadas se sabrán este jueves, 24 de agosto, a la conclusión de la rotación completa. La mañana del miércoles 23, será el momento para los ejercicios de aro y pelota. Durante esa misma jornada, pero por la tarde, llegarán las finales de estos dos aparatos. El jueves 24, será el día destinado a las mazas y a la cinta (por la mañana), y a las finales de estos dos ejercicios (por la tarde). La suma de las tres mejores puntuaciones (se descartará la peor nota) determinará la clasificación para los Juegos de París. Para el sábado 26, quedará la final individual all around que, en este caso, será casi honorífica. La disputarán las 18 mejores tras los episodios del miércoles y el jueves. De cara a esta final, también se podrá prescindir de la peor de las cuatro puntuaciones. Para Polina Berezina y Alba Bautista, el desafío es complicadísimo. La competencia es feroz, brutal. Han de abrazar la excelencia, la perfección. No pueden cometer ningún error, ninguna disfunción. Quien también lo vivirá muy intensamente la seleccionadora nacional, Alejandra Quereda. Hablamos con la subcampeona en los Juegos Olímpicos de Río 2016.

Empezamos con fuerza, ¿Firmas que lo consiga una de las dos? ¿Con un billete, ya sea para Polina, ya sea para Alba, dirías aquello de “objetivo conseguido”?

Soy consciente de que el desafío es gigantesco, pero yo tengo fe. Estamos ante el conjunto español individual más competitivo en muchos años. Tanto Polina como Alba han mostrado un altísimo nivel durante toda la temporada. Sin ir más lejos, en la última Copa del Mundo, la celebrada en Milán a mediados de julio, compitieron de tú a tú con las mejores del mundo. Por tanto, por qué no pensar en que pueden alcanzarse los dos pasaportes.

¿Sufres mucho viendo los ejercicios de tus chicas desde fuera del tapiz? ¿Eres capaz de no cerrar los ojos o de no desviar la mirada cuando un aparato vuela por los aires?

Claro que sufro. Desde fuera, se padece mucho. No cierro los ojos, siempre los tengo bien abiertos, pero, desde que empiezan hasta que acaban los ejercicios, tengo en corazón en un puño. Contengo la respiración, aprieto las manos, trato de transmitirles energía positiva desde mi posición, pero siempre con la mirada fijada en el tapiz.

¿Cuál será el último mensaje, la última palabra, que les dirás a Alba y a Polina antes del momento de la verdad?

La palabra exacta no la sé, pero la idea, sí. El mensaje será de confianza, de que el trabajo está hecho y bien hecho. Ha llegado el momento de la verdad, de plasmar en el tapiz todo lo mucho y bueno que se ha trabajado. Ha llegado el momento de cumplir lo que lleváis soñando desde hace meses. Es vuestra hora. Disfrutadlo. Vamos.

¿Disputar el Mundial en España tiene más de bueno o de malo? Te lo preguntamos por el factor presión…

Disputar un Mundial en casa es sinónimo de motivación, de ilusión, de estímulo, pero es inevitable que también comporte un extra de presión. De lo que se trata es de convertir esa presión en impulso, no, en freno. En el fondo, hay que pensar que es un privilegio jugarte el billete olímpico en tu país, con tu gente, con tu afición.

Por último, no sabemos si eres de lágrima fácil. ¿Crees que vas a poder reprimir las lágrimas en las próximas jornadas?

Yo siempre he sido muy sensible, me he emocionado y me han salido las lágrimas muy fácilmente. Ahora, con el cargo de seleccionadora, es inevitable endurecerte. Pese a todo, con todas las emociones y tantas sensaciones que vamos a acumular, seguro que alguna lágrima se me escapa. Ojalá sean de celebración y de alegría.