Ana Navarro cierra el año de su eclosión con la presencia en el Campeonato del Mundo

Primero, las Copas del Mundo celebradas en Belgrado y Lucerna. Más tarde, en agosto, el Campeonato de Europa en Múnich. Y ahora, para cerrar el círculo, a partir de este lunes, el Campeonato del Mundo en la República checa. Este es el itinerario que ha seguido Ana Navarro (Alicante 20 años) desde finales de mayo. Un circuito del máximo nivel y que simboliza el crecimiento experimentado por la remera alicantina durante este curso 2022. La deportista FER afronta el certamen mundialista con ánimo de confirmar y, a ser posible, superar, todo lo logrado en los eventos anteriormente mencionados. Su paso por el último gran certamen disputado, el Europeo, le dejó un sabor agridulce. Disputar la final B (es decir, luchar de la 7ª a la 12ª plaza) en la prueba de doble scull ligero entraba en sus planes. Era el desenlace más previsible. Pero el quedarse tan cerca de la final A le generó una cierta frustración. Así afronta Ana otro enorme desafío.

Nada más acabar el Europeo, os concentrasteis para preparar el Campeonato del Mundo. Habéis tenido tiempo de analizar vuestro paso por el Europeo de Múnich. ¿Qué conclusiones habéis extraído tras la segunda plaza en la final B, la octava posición en el global de un total de 12 parejas?

Muy positivas. El Europeo ha sido la competición en la que hemos ofrecido un mejor rendimiento. Pese a la dureza del torneo, y pese a la gran competencia existente, estuvimos más cerca que nunca de algunas parejas que fueron olímpicas en Tokio. Además, en la repesca, rozamos el pase a la final A. Siempre lo digo. Nuestra categoría, el doble scull ligero, es una de las más exigentes. Además del nivel que hay, existe la dificultad añadida de tener quedar el peso y no superar los 57 kg. Por tanto, repito, quedamos contentas tras el Campeonato de Europa.

¿Qué dicen vuestros últimos entrenamientos, tanto en lo concerniente a los cronos, como a las sensaciones?

Durante nuestra estancia en Banyoles, salvo alguna excepción, los entrenamientos han sido excelentes. Los cronos son muy buenos. Además, fuera del agua, estamos siendo muy rigurosas en la preparación física y psicológica, en la crioterapia, en el descanso, en la alimentación… Como prueba, hemos tenido la opción de compartir sesiones con unas irlandesas que fueron cuartas de Europa y octavas en los Juegos de Tokio. En algunas series, nos han sacado menos de dos segundos. Es un indicio de que llegamos bien al Mundial.

¿Por dónde puede pasar una mejora del crono? ¿Por un mejor inicio, por un mejor final, por una mayor dosificación del esfuerzo a lo largo de los 2.000 metros de la travesía…?

Básicamente, en la zona central o intermedia de las regatas. Salimos muy bien y somos potentes en el tramo final, pero tenemos que ser más regulares en el segmento entre los 700 y los 1.500 metros. Si mejoramos en este fragmento, creo que podemos minimizar esos tres segundos que nos dejaron fuera de la final A en el Campeonato de Europa.

Un Mundial es mucho más complicado que un Europeo. A las grandes potencias continentales, como Italia, Polonia, Alemania o Francia, hay que unir combinados como China, Nueva Zelanda o Australia. Así las cosas, ¿qué objetivo os marcáis para este Mundial?

No hay duda de que un Campeonato del Mundo es la competición más exigente. De hecho, en el Europeo de Múnich, fuimos 12 parejas o embarcaciones. En el Mundial, seremos 24. Es decir, el doble. El gran sueño, por supuesto, es entrar en la final A y convertirnos en una de las seis primeras embarcaciones, pero, siendo realistas, hay que reconocer que es muy complicado. Por tanto, disputar la final B ya sería un muy buen resultado y nos permitiría confirmar que tenemos nuestras opciones de cara a los Juegos Olímpicos de París. Otros de los grandes objetivos es bajar de 7 minutos, y ganar en confianza y seguridad. Pensar que también somos buenas. Quitarnos complejos.