Ana Pérez Box, ante la temporada de su consagración

Tras vibrar con la celebración de los Juegos Olímpicos, tras sufrir con la participación de sus admirados e idolatrados Sugoi Uriarte, Laura Gómez y Julia Figueroa, y tras emocionarse y soñar con la posibilidad de estar, más tarde o temprano, en tan majestuoso escenario, la judoca alicantina Ana Pérez Box, de 20 años, está a punto de empezar una temporada muy especial. Es la campaña destinada a consagrarla como una de los referentes del judo femenino español. Tanto de presente como de futuro. Es el curso llamado a confirmar que su gran éxito del pasado mes de mayo, campeona de España absoluta en categoría de menos de 52 kg, no resultó un guiño del azar.

La rueda de las competiciones empezará a girar para Ana Pérez el próximo 15 de octubre, jornada en la que afrontará la Copa del Mundo absoluta de Glasgow. Dos semanas más tarde, el 29 de octubre, estará presente en la Copa de Europa absoluta de Málaga. “Son las dos primeras citas de la nueva temporada. Aspiro a conseguir alguna medalla y a sumar puntos que permitan escalar posiciones en el ranking internacional de mi categoría”, apunta la deportista FER. Para Ana, además, estas dos primeras comparecencias del curso, ejercerán de termómetro perfecto para calibrar su estado de forma y sus aspiraciones ante el desafío cumbre en esta primera mitad del nuevo ejercicio: el Campeonato de Europa sub 23.

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Porque Ana todavía no ha podido olvidar plenamente este mismo certamen del año 2015, cuando rozó el podio en Eslovaquia. “En esta ocasión no quiero que se me escape el podio en el Europeo sub 23 de Israel. Hace un año, me quedé con una gran sensación de vacío al perder el combate por el broce. A mitad de noviembre, toca revancha”, apunta la judoca alicantina, quien en el año 2017 todavía será sub 23 a nivel internacional, categoría que no existe en España, en donde se pasa directamente de junior a absoluto.

En los foros del judo nacional, a Ana Pérez ya la clasifican como el relevo natural de Laura Gómez. Ambas comparten categoría de peso corporal. Mientras Laura deshoja la margarita sobre qué hacer a partir del próximo año, Ana atesora las características propias de una deportista con todo el camino por recorrer: energía, ambición, ilusión, pasión, inconformismo… E impaciencia. “Soy un poco impetuosa en el tatami. Un poco impaciente. Debo aprender a controlarme, a ser más calculadora. Por contra, me considero muy competitiva, muy luchadora, tengo mucho carácter. Quizás no sea la mejor dotada ni técnica ni físicamente, pero nunca me doy por vencida. Vamos, como Laura, un espejo para mí”, explica la alicantina. Laura lo consiguió y Ana no cejará hasta lograrlo. Si no en 2020, en 2024, “pero yo he de ser olímpica algún día. No hay objetivo más grande que ese”, concluye la deportista FER. En efecto, como Laura.