Claudia Adán, Lara Sabina Himmes, Adriana Beatriz Castro, Irene de Tomás, Sheila Martínez… La vela valenciana marca la pauta en la clase olímpica femenina ILCA 6. La lógica dice que, de haber una regatista española de esta modalidad en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, tal representante debería de ser valenciana. Hasta que llegue ese momento, si se acaba materializando, queda un larguísimo y espinoso camino por recorrer. Mejor dicho, una larguísima y borrascosa travesía por cubrir. Al margen de este anhelo, que se vislumbra en el horizonte, que se atisba en el medio y el largo plazo, a esa lista anteriormente enumerada, hay que añadir otro nombre. Además, con todo el merecimiento. Con todos los honores. Es el de la jovencísima Blanca Ferrando (Valencia, cumplirá 16 años en noviembre). Blanca ha firmado una proeza con mayúsculas, una hazaña superlativa.
La deportista FER se proclamaba este pasado sábado en Los Ángeles (todo un guiño del destino) campeona del mundo en la clase ILCA 4, la antesala de la ILCA 6, y especialidad para las regatistas más jóvenes, hasta los 17 años como máximo. La mejor de las 100 participantes. Palabras mayores. Logro sencillamente asombroso, sensacional. Además, tras ejercer un dominio incontestable de principio a fin. Se instaló en la primera plaza desde la primera jornada. Ninguna rival pudo desplazarla de la cima. De esta forma, Blanca rubrica un 2025 prácticamente insuperable. Con anterioridad, a principios de marzo, había conquistado la medalla de oro en el Campeonato de España, en Guipúzcoa. Y hace apenas un mes, a finales de junio, ya había firmado otro éxito mayúsculo con la medalla de bronce (la 3ª clasificada de 165 competidoras) en el Campeonato de Europa, en Polonia. Así se expresa Blanca después de haberse convertido en la nueva campeona del mundo en ILCA 4.

Cuesta, la verdad. Aunque ya han pasado unas horas, sigo casi en una nube. Fue la semana perfecta, soñada, inmejorable. Me he sentido cómoda y pletórica desde el primer día.
No sé si he hecho historia o no. Sé que he logrado un gran resultado (risas). Pero para mí, no ha sido ninguna sorpresa. Afrontaba el Mundial dispuesta a todo. Hace un mes, se me escapó el oro del Europeo en el último día de la competición. En las 20 jornadas de intervalo entre el Mundial y el Europeo, hicimos un trabajo muy preciso y específico. Y aquí está la recompensa.
A medias. En los dos primeros días, sí hubo vientos ligeros y medios, los que me favorecen. Pero en las cuatro jornadas restantes, los vientos fueron más intensos, oscilaron entre los 18 y los 22 nudos. Pero me adapté muy bien. Es otra de las alegrías que me deja esta semana: mi respuesta ante condiciones más duras y exigentes.
En todas. Ni puedo ni debo quedarme con una de ellas. Son todas grandes compañeras. En algunos casos, amigas. Las conozco desde hace muchos años. No puedo elegir. Desde luego, es una gran fortuna que las mejores regatistas de la clase ILCA 6 sean de la Comunitat Valenciana.
Puedo decir que la idea para 2026 es incorporarme a la clase ILCA 6. En un futuro, ya veremos, pero, hoy, tras los éxitos internacionales del último mes, cobra fuerza la opción de que me mantenga en ILCA 6.