El futuro del Proyecto FER

El Proyecto FER tiene futuro. No solo porque seguirá apoyando firmemente al deporte valenciano durante el ciclo olímpico recién inaugurado y que confluirá en los Juegos de Tokio 2020. También por la existencia de su particular relevo generacional. El equipo FER engloba en su nómina a muchos mediáticos. Deportistas consagrados, contrastados, con historiales más que respetables, cuanto no deslumbrantes. A su rebufo, emerge un núcleo de atletas llamados a asumir el testigo del deporte valenciano a muy corto plazo. Entre ellos, la taekwondista Blanca Palmer, la saltadora Fátima Diame, la haltera Alba Sánchez, los tenistas Sara Sorribes y Bernabé Zapata, los triatletas Roberto Sánchez Mantecón y Javier Lluch Pérez… Todos ellos ya se han reivindicado en los últimos meses con éxitos más o menos relevantes.

Y en la base del FER, asoma un enorme conglomerado de jóvenes valores que alumbran un futuro ilusionante. La lista es amplísima. Sobre todo, en atletismo. Velocistas como Andrea Verdú, heptatletas y decatletas como Claudia Conte, Carmen Ramos Vellón o Víctor Pastor, saltadores como Thierno Amadou, Eugenio Teodoro o Adrián Sobrino, vallistas como Luis Salort, lanzadoras como Laura García Bosch y Judit Prats… Todos y todas han sido campeones de España.También el judo moldea su relevo con activos tan prometedores como Ana Pérez Box, Victoria Serrano, María Ortiz, Alba Gutiérrez o Marc Sabater. Además, en 2016 han irrumpido con extraordinaria fuerza dos nadadores: Héctor Fontabella, situado ya en la élite de la natación nacional, y la todavía junior María Artigas, cuya evolución no encuentra, de momento, obstáculos.

El año que ya termina ha sido también el de la eclosión de diversos regatistas FER: los hermanos Balaguer, bronce en el Europeo sub 19 de la clase 420; los hermanos Luján, cuartos en el Mundial juvenil de la misma modalidad, y Paula Lissorgues, quien en 2017 abandona la clase láser 4.7, en la que ha alcanzado brillantes resultados, y se adentra en la especialidad olímpica 470. También el ciclismo ofrece diamantes en bruto. Son dos chicas. Isabel Ferreres, en el velódromo; Sandra Alonso, en la ruta. Sin olvidar el tenis de mesa, con la alicantina Marina Ñíguez, siempre en las posiciones de honor de los torneos nacionales. Y sin olvidar a la joven Gloria Fernández Caballero, campeona de España junior de tiro olímpico, disciplina pistola de aire, con tan solo 15 años. También piden paso otros deportistas como Roberto Plumed (lucha olímpica), Carlos Ródenas (natación) o Jorge Navarro (vela)

El mosaico de optimismo también lo dibujan el haltera Tomás Ruiz, dispuesto ya a dar el salto internacional, el ciclista de BMX Juan Vicente Giner, que en 2017 asume nuevos retos en categoría absoluta, la regatista Julia Miñana, campeona de España sub 17 de 420, la gimnasta rítmica Polina Berezina, destinada, ya mismo, a ser la mejor de España en torneos individuales… Y no podía faltar la cuota paralímpica. Desde los nadadores Sergio Martos, Ana María Martínez y Eva Coronado, pasando por Sergio Alamar, paralímpico en Río con tan solo 16 años, y terminando en Jaime Almenar, quien marca la pauta en el esquí alpino adaptado nacional. En resumen, una extraordinaria combinación de talento, juventud y ambición. Inmejorables augurios.