Héctor Cabrera, lanzado a por el Europeo del próximo verano

Cuenta la leyenda que, en la Guerra de Troya (1194 a. C.-1184 a. C), había un guerrero que inspiraba un especial miedo a todos los griegos. Su nombre era Héctor, también conocido como el domador de caballos. Más de 3.000 años después, otro Héctor, de apellido Cabrera, domestica su mejor arma para hacer frente a sus adversarios sobre las pistas.

Héctor Cabrera (09/03/1994, Oliva) ya sabe cuán lejos llega su jabalina durante esta temporada. El lanzador del Club de Córrer El Garbí inauguró este sábado su calendario con la presencia en un control absoluto de atletismo adaptado en Torrent. Una referencia que le ha permitido autoexaminarse. Medir su estado de forma. Y las conclusiones no han podido ser más positivas. El deportista FER lanzó su jabalina hasta los 59,63 metros. Un lanzamiento que todavía dista de los 64,08 metros, el actual récord del mundo F12 (categoría de discapacidad visual) y que Héctor fijado como gran objetivo para este curso.

De momento, Héctor Cabrera ya cuenta con la pluscamarca continental en la categoría F12 lograda hace menos de dos años en el Campeonato de Europa de Grosseto. ¡62 metros y 28 centímetros! Un registro que el deportista de Oliva considera batible en pocos meses: “Estoy entrenando con intensidad y me veo capaz de todo, aunque hay que ir poco a poco. Mi principal meta es el Europeo de julio en Berlín”.

Pero el afán de superación, en ocasiones, pasa factura. El año pasado tuvo que entrar en el quirófano a causa de una hernia discal: “Un mal lanzamiento en el Europeo de 2016 me produjo esta lesión. El querer más de ti para intentar ganar una medalla hace que, a veces, sucedan estas cosas”, contaba Héctor tras la intervención.

Sin embargo, la operación quedó atrás. En julio de 2017 llegó el Campeonato del Mundo de Londres y, por fin, su primera medalla en un certamen universal: “El bronce de Londres fue el mejor concurso de mi vida. De los seis lanzamientos, en tres de ellos superé los 61 metros. Fue el mejor premio a cinco meses de recuperación, a un año en el que se mostró inasequible al desaliento. El mejor ejemplo de que Héctor Cabrera siempre va más allá. Da igual quien esté enfrente.