Javier Carrión, testigo y partícipe de una gesta histórica

El rugby seven español vivió el pasado sábado 9 de marzo otro momento histórico y de extraordinaria emoción. Por momentos, recordó al excitante capítulo acontecido en Mónaco durante junio de 2016: aquella memorable y agónica victoria lograda ante Samoa, y que concedió la clasificación para los Juegos Olímpicos de Río. En esta ocasión, la gesta se localizó en la ciudad canadiense de Vancouver, sede de la sexta Serie Mundial del curso. Aunque no tuviera tanta trascendencia y resultara más bien honorífico, el triunfo conseguido ante la potente Nueva Zelanda guarda un enorme simbolismo. Al margen del prestigio que conlleva, revela el crecimiento (sostenido, pero efectivo; gradual, pero real) de la selección nacional de seven que dirige Pablo Feijoo. Los conocidos como “Leones” empiezan a recortar las distancias que, hasta no hace mucho, les separaban de las grandes potencias mundiales. Cada vez, son más competitivos.

Testigo y partícipe directo de la proeza firmada ante los temibles all blacks fue Javier Mario Carrión. A sus 28 años, el componente del Proyecto FER se ha convertido en una pieza absolutamente básica de la selección española. Carrión acostumbra a ser titular. Con respecto al capítulo del pasado sábado, estas son sus reflexiones nada más volver a casa: “La verdad es que fue un momento muy emocionante. Ganar a Nueva Zelanda no ocurre todos los días. En realidad, en nuestro caso, no había ocurrido nunca. La victoria tiene un valor incalculable. Significa derribar una nueva barrera y demostrarnos que ya no hay apenas selecciones a las que no podamos superar. Y, sobre todo, refleja que, poco a poco, y gracias a nuestro trabajo e ilusión, nos estamos acercando a las súper potencias internacionales”, explica Javier Carrión.

Javier Carrión

La gesta firmada ante Nueva Zelanda se enmarcó en la sexta de las Series Mundiales del curso, la celebrada en Vancouver, Canadá. Las Series Mundiales son un prestigioso circuito internacional formado por 10 fases o jornadas. Reúnen a 15 combinados nacionales. Además, en cada Serie, hay un equipo invitado. Superado el ecuador de la competición, España ocupa una confortable décima plaza y, lo que es más importante, mantiene una amplia ventaja sobre el 15º y último clasificado, el único que pierde la categoría. Hasta el momento, Los Leones, han accedido a los conocidos como cuartos de final de oro (8 mejores) en dos ocasiones. Fueron sextos, la mejor clasificación de la historia, en Ciudad del Cabo, la segunda Serie Mundial. Y acabaron octavos en Sídney, la cuarta. “Por encima de posiciones concretas, lo mejor es nuestro crecimiento, nuestra evolución. Demuestra que cada vez somos más competitivos”, comenta el deportista FER.

Quedan cuatro Series por disputarse. En abril, en Hong Kong y en Singapur. En mayo, en Londres y París. Una vez la salvación es una realidad, lo normal es que Pablo Feijoo introduzca cambios para estas últimas cuatro fases. “Para nosotros, seguir en las Series Mundiales es una fenomenal noticia. Nos permite, año a año, estar en la mejor competición internacional de seven. A partir de ahora, nuestro objetivo ya es el Preolímpico Europeo del mes de julio. Esa es nuestra gran meta. Teniendo en cuenta que solo el campeón de ese Preolímpico continental de julio se clasifica directamente para los Juegos de Tokio, en las Series Mundiales deseamos que Inglaterra acabe entre las 4 mejores. Los 4 mejores combinados a la conclusión de las Series van directos a Tokio 2020. Si Inglaterra consigue una de esas cuatro primeras plazas de las Series, ni Inglaterra, ni Gales ni Escocia participarían en el Preolímpico; con lo cual, no nos engañemos, nos quitaríamos rivales de mucho nivel y tendríamos más opciones. Solo el campeón del Preolímpico europeo va directo a Tokio. Si no, habría que esperar al Preolímpico global de 2020”, explica Carrión. Sea como fuere, Los Leones sacan las garras. Y prometen muchas más jornadas gloriosas.