La gimnasia rítmica recupera el pulso

Tras el habitual parón del mes de julio, la gimnasia rítmica empieza a desperezarse. Vuelve a acelerar su pulso. En realidad, para las deportistas, el descanso no ha sido tal. La ausencia de competiciones no significa inactividad. Todo lo contrario. Las últimas semanas han sido de gran exigencia en los entrenamientos. De un notable incremento en la carga de trabajo. La razón no es otra que la reaparición de eventos del máximo nivel. En agosto, están previstas dos Copas del Mundo. Y en septiembre, del 16 al 22, se disputará la gran cita del año: el Campeonato del Mundo en Bakú. Al margen del conjunto, en el que figura la valenciana Ana Gayán, tres son las gimnastas que representarán a España en la competición individual del certamen mundialista. Cuatro son las aspirantes. Es el momento de las gimnastas. De su capacidad de seducción y persuasión sobre el tapiz. Después, llegará la hora de la seleccionadora, de Alejandra Quereda, una de las ReFERentes del Proyecto FER. Suya será la decisión.

Para abrir boca, este jueves 31 de julio, el Centro Deportivo Colonial Sport de Alfafar acogió un control técnico organizado por la Federación Española. Fue un evento muy especial. Por diversas razones. Por ejemplo, por ser abierto al público, hecho nada habitual. Además, para lograr su objetivo de asemejarse a una competición oficial, las cuatro gimnastas aspirantes a estar en el Campeonato del Mundo realizaron el all around (los cuatro ejercicios) por dos veces y se sometieron a la evaluación de un equipo de juezas, que emitieron sus notas. Las cuatro deportistas presentes en el citado control fueron las tres gimnastas valencianas y, al tiempo, componentes del Proyecto FER (María Añó, Polina Berezina y Noa Ros) más la catalana Natalia García. Todo ello bajo la estricta supervisión de Alejandra Quereda, para quien la elección, dada la igualdad entre todas las aspirantes, “no está nada clara”.

Maria, Noa y Polina

Significativo o no, en el primer all around, la ganadora fue María Añó, por delante de Noa Ros (segunda), Polina Berezina (tercera) y Natalia García (cuarta). En este primer pase, Noa fue la mejor en pelota y mazas; María recibió la puntuación más alta en aro; y Polina resultó la más valorada en cinta. En el segundo pase, se impuso Polina; la segunda plaza correspondió a María Año, en tercer lugar; quedó Natalia García; y el cuarto puesto fue para Noa Ros. Por ejercicios, Polina fue la mejor en cinta y mazas. Es decir, ninguna de las cuatro ejerció un dominio incontestable. Muchas alternativas entre todas ellas.

Al margen de este control y del rendimiento en el día a día, la decisión de Alejandra Quereda dependerá, en gran medida, de las actuaciones que las cuatro gimnastas protagonicen en las dos próximas Copas del Mundo. A la de Minsk, Bielorrusia (16-18 de agosto), viajarán Polina Berezina y Natalia García. En la de Kazán, Rusia (31 de agosto-1 de septiembre), competirán las jóvenes María Añó y Noa Ros. Días más tarde, la seleccionadora nacional desvelará el nombre de las tres elegidas y sus roles en el Mundial de Bakú. De las tres, una hará sólo dos ejercicios. Mientras, las otras dos gimnastas seleccionadas afrontarán los cuatro aparatos, la rotación completa. Y soñarán con encarnar la perfección para lograr casi una hazaña: lograr uno de los 16 pasaportes disponibles para los Juegos Olímpicos de Tokio.