Las reflexiones al límite de Sugoi Uriarte

Nada mejor que marcarse nuevas motivaciones y nuevos retos para neutralizar la angustia y la nostalgia. Es la mejor terapia. Sugoi Uriarte no tardó ni 24 horas en diseñar su particular cortafuegos. Al día después de caer eliminado en el primer combate de los Juegos Olímpicos de Río, el judoca del Proyecto FER ya estaba buscando estímulos e ilusiones para levantarse. “La decepción fue grande. Sabía que no resultaría fácil ni olvidarla ni superarla. Pero la mejor forma de minimizarla pasaba por plantearme nuevos desafíos y objetivos. Y a la jornada siguiente de competir en los Juegos elegí mi válvula de escape”. Así explica el deportista vitoriano, pero valenciano de formación y adopción, cómo se gestó la aventura que disputó el pasado fin de semana, la Non Stop Madrid-Lisboa MTB, una prueba de bicicleta de montaña de 770 kilómetros de recorrido y que Sugoi afrontó en un equipo de tres componentes junto con otros dos compañeros y también judocas, Alfonso Urquiza y Kiyoshi Uematsu.

“Ha sido una grandísima experiencia, pero muy dura. He sufrido bastante. A mí me gusta hacer ciclismo. Me aficioné con la bici en 2009. Me encanta correr distancias largas, aunque no pueda hacerlo en plena de temporada de judo. En Valencia, uno de los enclaves ideales es la Sierra Calderona. Pero la Non Stop Madrid-Lisboa MTB es algo totalmente distinto. Es una prueba extrema. Es ciclismo de resistencia. Una aventura”, explica el intrépido deportista del Proyecto FER. “La competición se desarrolla por relevos. En nuestro caso, cada uno de los tres integrantes pedaleaba unas cuatro horas y luego descansaba otras 8. Así organizamos nuestra participación durante las más de 45 horas que invertimos en completar los 770 kilómetros del recorrido. Descansábamos en una autocaravana que nos acompañó en todo momento y que condujo mi hermano Gar”, relata el deportista del Club Judo Valencia.

Toda una vivencia personal para regenerar la mente. En pocos meses, Sugoi Uriarte, de 32 años, debe tomar una decisión capital. A principios de 2017, el judoca FER debe optar entre estirar más su cuerda deportiva y seguir compitiendo, al menos 1 o 2 años más, al máximo nivel, o, por contra, poner punto y final a la vida que ha llevado durante las últimas 15 temporadas. “No es una determinación fácil. Hay que valorar y sopesar muchas variables. Y en esas estamos”, comenta el judoca FER, equidistante entre la tentación de intentar completar un nuevo ciclo olímpico para llegar a los Juegos de Tokio, e ir activando, poco a poco, su particular emancipación de la alta competición e ir planificando un nuevo día a día.

De momento, entre reflexión y reflexión, se conciencia para afrontar un nuevo reto. Y este tampoco es menor. Sugoi se encuentra enfrascado en la preparación del Maratón Valencia Trinidad Alfonso, cuya celebración está prevista para el próximo 20 de noviembre. Otro desafío mayúsculo. “Aunque parezca contradictorio, estos grandes esfuerzos también me permiten pensar sobre mi futuro. En la soledad del entrenamiento prolongado, hay tiempo para todo. Lo que está claro es que, si dejo la práctica del judo al máximo nivel, la etapa que vaya a comenzar estará relacionada con el mundo del deporte, mi auténtica pasión”, apunta el deportista FER. Su gran decisión llegará en pocos meses. De momento, disfruta con todo aquello que no ha podido hacer hasta la fecha por su absoluta entrega al judo. Quizás sea un indicio.