Meritxell Blesa: De un deporte minoritario a uno masivo

Meritxell Blesa (Valencia, 29/10/1996) ha experimentado un gran cambio en los últimos meses. Ha pasado de jugar en España, donde el sófbol es una modalidad minoritaria, casi desconocida para el gran público, a hacerlo en Florida, donde este deporte representa casi una religión. Todo un sueño del que está disfrutando al máximo con el ERAU, equipo de la Universidad Daytona Beach, en Florida, y conjunto que dirige Kelsi Dunne, una legendaria jugadora y que apostó por la deportista FER sin apenas conocerla

¿Cómo es tu nueva vida en Florida?

Mi nueva vida en Florida es maravillosa. Es como un sueño. Aunque la exigencia es máxima, la adaptación ha sido muy rápida. Pienso en la suerte que he tenido por disfrutar de esta experiencia, y me considero una privilegiada.

¿Qué diferencias has detectado con respecto a España?

Muchas cosas. La disciplina y la exigencia son máximas. Hay que ser muy rigurosos en el día a día, tanto dentro como fuera del campo de juego. Incluso, en la vestimenta. Cualquier incumplimiento tuyo puede perjudicar a todo el equipo. Además, los entrenadores te exigen el 100%. Intentan sacarte de tu zona de confort, por lo que el softbol americano implica una gran exigencia física y mental. Por último, la figura del entrenador inspira un gran respeto. Está muy valorada. Aquí, las jugadoras son menos curiosas y no cuestionan las decisiones del técnico.

¿Cómo surge tu fichaje por el ERAU de Florida?

Cuando me incorporé al Proyecto FER, pensé que era una buena oportunidad para invertir en formación. Primero, pensé en jugar en Australia, pero los equipos no me ofrecían lo que buscaba. Para jugar en Estados Unidos, no me veía con suficiente calidad. Pero todo cambió cuando vino una entrenadora americana a Valencia y me dijo que me quería en su universidad. A raíz de esa conversación, empezaron las negociaciones con distintas universidades. Mi principal problema era mi edad, ya que era relativamente mayor. Pero finalmente recibí la llamada de Kelsi Dunne, quien me dijo que me quería en su equipo y que estaba dispuesta a darme una beca bastante interesante. Ese día, lloré como una niña porque mi sueño se había hecho realidad. De hecho, aún no me creo que, teniendo tan pocas referencias sobre mí y el sóftbol español, apostara por mí.

La figura del entrenador aquí inspira un gran respeto. Aquí, las jugadoras son menos curiosas y no cuestionan las decisiones del técnico.

¿Qué supone para tu carrera deportiva jugar en Florida?

Este fichaje supone disfrutar del mejor sófbol que voy a tener en toda mi vida. Es una suerte poder contar con dos entrenadoras que son ídolos en América y que han jugado al máximo nivel en Estados Unidos. Entrenar cada día con ellas es un regalo del cielo.

¿Qué objetivos te marcas para 2019?

Mi principal objetivo en la Universidad es conseguir la titularidad y tener más protagonismo. Y con la selección española, este año tenemos el Europeo, en el que nos jugamos la clasificación para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Este fichaje supone disfrutar del mejor sóftbol que voy a tener en mi vida.