Romaric Forques, talento y vértigo a partes iguales

Seguir la trayectoria de Romaric Forques durante los dos últimos años equivale a subirse a una montaña rusa. Es experimentar todo un carrusel de emociones. Conlleva una cierta sensación de vértigo. Imposible aburrirse. Nada de monotonía. Todo lo contrario. Sobresaltos permanentes. Para bien, y para mal. Y, al parecer, esta va a ser la tendencia de los próximos meses. Entre lesiones, grandes resultados, decepciones, caídas, abandonos, cambios de entrenadores… la vida deportiva del triatleta FER en las dos últimas temporadas ha sido lo más parecido a un torbellino. Lo último apunta a un nuevo traslado.

De cara a 2019, en la que será su primera temporada como sub’23, Romaric ha decidido abandonar Bétera y la Comunitat Valenciana, e integrarse en el grupo de trabajo de Omar González, el prestigioso entrenador gallego que, durante muchos años, dirigió la preparación de Javier Gómez Noya, todo un subcampeón olímpico en Londres 2012.

Opto por dejar mi casa y ponerme a las órdenes de Omar González porque sé que es una apuesta segura.

“Opto por dejar mi casa y ponerme a las órdenes de Omar González porque sé que es una apuesta segura. Al margen de todo lo que Omar hizo con Gómez Noya, en la actualidad coordina un grupo de entrenamiento muy potente en el que, entre otros triatletas, figura gente tan buena como Fernando Alarza o Antonio Serrat. Creo que puede beneficiarme mucho. De hecho, durante agosto y septiembre, ya estuve con Omar y, en tan solo 2 meses de trabajo, noté una espectacular mejoría en la natación. De ahí, la decisión”, explica el componente del Proyecto FER.

Apenas pudo brillar en 2017 por culpa de una perforación en una de sus costillas, lesión que, hasta su detección, le provocaba un gran sufrimiento en su día a día. Entre esta afección y una caída en una prueba clasificatoria, Romaric no pudo competir ni en el Europeo ni en el Mundial junior.

Ya en 2018, en su segundo y último año como junior, la historia de Romaric ha seguido transitando por un terreno accidentado y proceloso. Abandonó en la Copa de Europa de Quarteira. Fue campeón de la prestigiosa Copa de Europa de Melilla. Se llevó una cierta decepción con la séptima plaza en el Campeonato de Europa celebrado en Estonia, un resultado que le supo a poco y que no le satisfizo. Sufrió una desgraciada caída en el Campeonato del Mundo de Australia nada más empezar el segmento de ciclismo, cuando estaba entre los primeros clasificados y cuando las sensaciones eran inmejorables. 

Y para completar este permanente vaivén, se retiró en la Copa de Europa absoluta de Funchal, Portugal. Pese a ser de los participantes más jóvenes, había salido de los primeros tras el tramo de natación. Pero, al iniciar el ciclismo, renunció. Una revisión de la bicicleta antes de la prueba, tramite obligatoria en los eventos de categoría absoluta, motivó que adelantaran la posición del sillín. Un cambio mínimo, pero lo suficientemente determinante como para desubicarlo y empujarlo a abandonar

Nadie pone en duda las cualidades y la proyección de Romaric Forques. Puro talento. En breve, el deportista FER, que cumplirá 20 años en febrero, afronta una temporada tan ilusionante como compleja. Se convierte en triatleta sub’23, categoría que abarca 4 temporadas. “Sé lo que me espera, sé que voy a enfrentarme a rivales 2 y 3 años mayores que yo, con más experiencia, con más bagaje, pero confío en mis posibilidades. El tramo de natación completado en la Copa de Europa absoluta de Funchal en octubre es el mejor argumento para ser optimista”, comenta Romaric

Siendo sub’23 de primer año, ya sería un gran éxito clasificarme para los Campeonatos de Europa y del Mundo de la categoría

Con respecto a sus objetivos, el triatleta FER lo tiene claro: “Para mí, siendo sub’23 de primer año, ya sería un gran éxito clasificarme para los Campeonatos de Europa y del Mundo de la categoría. Sobre todo, para el Europeo, que se celebra en Valencia durante el mes de septiembre. Lo de debutar en Series Mundiales no es un algo que me obsesione. Lo importante es que llegue ese momento; cuanto antes, mejor, por supuesto, pero no pienso presionarme”, concluye Romaric. Un atisbo de paz en su ajetreada y, al tiempo, prometedora carrera deportiva.