Alba Palmer, Lorena Cabel y Palmira Tatay
Hablar de taekwondo en el Proyecto FER es referirse, básicamente, a un particular póquer de ases. Cuatro figuras ya consagradas o, al menos, en ciernes. En mayor o menor medida, todos ellos han vuelto a conquistar notables resultados durante el año 2017. Quien más cerca estuvo de la gloria absoluta fue Daniel Ros, quien rozó el podio en el Campeonato del Mundo absoluto del pasado mes de junio en Corea. No obstante, el deportista de Catral ha hecho acopio de un buen puñado de triunfos en el presente curso; por ejemplo, el oro en el Open Internacional de España, o sendas platas en las Copas Presidente de Europa y África. Los principales éxitos de Raúl Martínez son relativamente recientes: la plata en la Universiada celebrada a finales de agosto en Taipei, o el bronce en el Grand Prix de Londres de este pasado fin de semana. Mientras, Blanca Palmer se proclamó campeona en la prestigiosa Copa Presidente de Europa, y Aida Martínez firmó sus actuaciones más rutilantes en Bulgaria, donde se adjudicó la corona continental del Europeo sub 21, y en Belgrado, escenario en el que conquistó el Open de Serbia hace pocas fechas.
Tras la estela que describe este selecto ramillete, aparece un grupo que alumbra el presente y que, sobre todo, abona el futuro. Está compuesto, básicamente, por tres componentes. Todas ellas femeninas. Relevo generacional. Prometedoras expectativas. De las tres, una de ellas todavía ha de afrontar su gran cita de la temporada. Es Lorena Cabel, una deportista de Paiporta, Valencia, que en diciembre cumplirá los 17 años. Antes, en apenas unos días, a principios de noviembre, disputará en Chipre el Campeonato de Europa junior. Tras la quinta plaza obtenida en el Campeonato del Mundo de la categoría en 2016, la taekwondista FER aspira a “medalla; y por qué no, voy a por el oro”. Lorena se define como “trabajadora y competitiva. Nunca doy el combate por perdido hasta que no acaba el tiempo”.
A partir de 2018, y durante los 3 próximos cursos, hasta 2020, Lorena Cabel pasará a ser sub 21, aunque también podrá medirse ya en competiciones absolutas. Un salto de nivel y de categoría que siempre comporta un peaje. Sobre todo, en la primera temporada. Justo lo que les ha ocurrido en 2017 a Palmira Tatay y Alba Palmer, la hermana de Blanca. Ambas tienen 15 años. Ambas han acusado durante este ejercicio el ascenso de la división cadete a la junior. Pero ambas prometen retomar el brillo en el próximo ejercicio. Palmira, por ejemplo, reúne unas condiciones físicas envidiables. Casi perfectas. Una vez alcanzada una mayor adaptación a su condición de junior, la deportista natural de Sedavi se plantea “se campeona de España en mi peso y clasificarme para el Mundial junior. Esos son mis grandes objetivos para 2018”, recuerda Palmira, especialmente contenta de cualidades como “la potencia, la elasticidad, la altura y la disciplina”.
Palmira espera que el aprendizaje adquirido en este irregular 2017 le sirva para el futuro más inmediato. Exactamente lo mismo que Alba Palmer. Las dos medallas de bronce conquistadas en el Campeonato de España y en el Open Internacional de Holanda no le han permitido clasificarse para disputar el Europeo junior del próximo noviembre en Chipre. “Entre el cambio de peso y la llegada a la categoría junior, 2017 ha sido un año difícil. Los enfrentamientos contra rivales mayores aportan un plus de dificultad. Pero estoy seguro de que la historia será distinta durante la próxima temporada. Para empezar, quiero clasificarme para el Campeonato del Mundo junior, lo cual pasa por proclamarme campeona de España”, explica la joven taekwondista de Gandía, cuya principal virtud, según ella misma comenta, es “llegar bien al casco de la rival, se me da bastante bien atacar”. Lorena, Palmira y Alba. Tres grandes proyectos para el futuro. El taekwondo valenciano puede estar tranquilo. El relevo parece asegurado.