Silvia Navarro tiene en su madre a su principal valedora

Detrás de un gran deportista, siempre hay una gran madre. La cita puede sonar a tópico, pero en el caso de Silvia Navarro se aplica a la perfección. La madre de la jugadora valenciana de balonmano es la gran culpable de que hoy Silvia Navarro sea considerada como una de las mejores porteras de la historia de este deporte en nuestro país.

Desde bien pequeña, le inculcó el amor por el deporte, y fue ella quien la empujó y la introdujo en el mundo del balonmano. Aunque era tan solo una niña de 8 años, Carmen no dudó; creyó en ella porque estaba convencida de que en casa tenía una estrella. Unas aptitudes de las que habla en el nuevo capítulo de ‘Entrevistas FER-Crec en tu’, que protagonizan madre e hija y que, como admite la propia jugadora FER, ninguna de las dos olvidará nunca, ya que fue un encuentro muy bonito y sincero.

En esa conversación, la madre de la portera revela que, desde el principio, apostó por ella porque veía que tenía talento. “Silvia poseía unas cualidades especiales que en las otras niñas no veía”. Un sexto sentido de madre que no le falló. El tiempo le ha dado la razón.

Atrás quedan esos inicios y momentos en los que se dudaba de una niña que, con esfuerzo, trabajo, sacrificio y pasión, iba a demostrar que había nacido para ser una guerrera del balonmano. Un éxito que no podría haber conseguido nunca sin el apoyo incondicional de su madre.

“Ella es mi motor, es la que me levanta cada mañana, la que me da fuerza cuando estoy baja de ánimo. Sin ella, no podría haber conseguido nada de lo que he logrado. Mi madre me animó en todo momento, me dijo que siempre tuviera compromiso con lo que hacía. Y si hoy soy jugadora de balonmano, es gracias a ella”, admite la deportista FER.

Y en sus próximos retos, como en la lucha por volver a ser olímpica y cumplir un nuevo sueño tras el bronce de Londres 2012, está convencida de que en la sombra, tras sus pasos, siempre estará su gran pilar. Ese apoyo que nunca le ha fallado ni en los buenos ni en los malos momentos. Ya lo dicen: no hay nada más grande que una madre y eso Silvia Navarro lo tiene claro: “Soy quien soy gracias a ella”.