Álex Climent: vuelo sobre el agua con destino París

Del tatami, al agua. Del judo, a la vela. Pero no para navegar con placidez, sino para experimentar una sensación de vértigo. Para competir con un alto componente de riesgo. Porque Álex Climent Hernández (Valencia, 33 años) no se lanza al mar para relajarse, para evadirse, sino para sentir la adrenalina de la clase formula kite. “A mí me encanta la velocidad. Esta modalidad es la más rápida de todas las que existen. La disfruto mucho” explica el nuevo regatista del Proyecto FER, la opción más sólida para que la vela de la Comunitat Valenciana esté representada en la próxima cita olímpica.

La formula kite va a estrenarse como olímpica en los Juegos de París 2024. “Ése es, sin duda, nuestro gran objetivo, nuestro horizonte final. Hace muchos años, intenté llegar a unos Juegos con el judo, pero no sólo no pude; además, sufrí todo tipo de lesiones. Hasta que, a los 16 años, y gracias a un familiar, descubrí la vela y el kitesurf, una especialidad que consiste en navegar con la fuerza del viento a partir de una cometa y con un hydrofoil, una pequeña tabla en los pies. El kitesurf ofrece diversas modalidades. He practicado y competido en todas ellas. Primero, el freestyle; después, la formula race. Pero llevo ya centrado en la formula kite desde hace 9 años. El formato de competición es muy espectacular. Hay un circuito delimitado por dos boyas: una colocada en contra del viento; otra, a favor. Podemos llegar a alcanzar velocidades de casi 80 km por hora. Toda la flota, todos los participantes salimos a la vez. Puede haber contacto entre nosotros. A veces, se enredan las cometas y puede haber algún percance. Hay que ir con cuidado. Yo, de hecho, he sufrido lesiones de tobillo, rodillas, hombros, costillas…”, señala Climent.

El deportista FER suele entrenarse en diferentes enclaves. “Me suelo ejercitar en la Patacona, en Pinedo y en el Mareny Blau. Valencia ofrece unas condiciones ideales para la práctica del kitesurf y, en concreto, de la formula kite. Aunque me apasiona lo que hago, a veces, peco de demasiado vehemente y agresivo. Debería ser más frío, aunque, la verdad, no siempre es fácil ser calculador en pleno frenesí, en el fragor de la batalla. Suelo rendir mejor con poco viento, pero estoy tratando de mejorar con condiciones más duras para ser lo más versátil y competitivo posible”, comenta Climent.

Con respecto a sus opciones olímpicas, Climent es consciente de que es el regatista español con más posibilidades para competir en la formula kite de París 2024. “Actualmente, formo parte del equipo olímpico de cara a los próximos Juegos. No soy ajeno a esta realidad, pero el billete está muy caro. Sólo van a ser 20 los países presentes en París. Nos lo jugaremos prácticamente todo en el Campeonato del Mundo del próximo año, de 2023. Ese es el evento clave. Además, tampoco me puedo relajar. En España, tengo competencia. Y, felizmente, casi toda ella está concentrada en la Comunitat Valenciana, con Kiko Peiró, con Sebastián Ducos o con Jacobo Espí”, señala Climent, quien, durante este curso 2022, ya ha afrontado dos grandes torneos. A principios de abril, el Trofeo Princesa Sofía de Mallorca, del total de 76 regatistas, ocupó la 21ª plaza en la clasificación general. Además, fue el mejor de los 12 españoles presentes en el evento. Mientras, hace pocos días, en la Copa del Mundo de Hyeres, Francia, el regatista valenciano concluyó en el 26º puesto y fue el mejor de los cuatro españoles que compitieron en aguas francesas. “En ambos casos, esperaba algo más”, comenta Álex

Gracias al deporte, Climent ha navegado en países tan lejanos y, al tiempo, tan exóticos como China, Emiratos Árabes, Turquía, Brasil, Colombia, Australia o México. “En el fondo, me considero un privilegiado. El deporte y la vela me han dado la oportunidad de conocer muchos países, muchas culturas, muchos idiomas. De todos los destinos, me impactó especialmente Australia. La zona de competición estaba llena de tiburones. La verdad es que me asusté bastante”, recuerda Álex Climent, quien, hasta hace poco, gestionada una empresa familiar. “Lo he tenido que dejar porque la dedicación a la vela ya es completa. De hecho, en 2022, todavía me quedan por afrontar una Copa del Mundo en Holanda, a principios de junio, el Campeonato de Europa en Grecia, a finales de septiembre, y el Campeonato del Mundo en Italia, en octubre. Todo sea por cumplir mi sueño”. París le espera.