El privilegio de Iván Pastor

Los quiere y los odia a partes iguales. Los ha disfrutado y sufrido a la par. Sin embargo, Iván Pastor, de 40 años, nunca había añorado tanto como ahora los particulares árbitros de la vela: el agua, el viento, el sol, la lluvia… “Han sido casi dos meses sin subirme a una tabla y lanzarme al mar. Al principio, lo llevé relativamente bien. Necesitaba descansar y desconectar. Pero, con el paso de los días, empecé a sentirme extraño y con la necesidad de volver a practicar mi deporte, que también es mi pasión. Estos más de 50 días se me han hecho largos”, comenta el regatista alicantino desde Santa Pola, el lugar en el que ha pasado el confinamiento iniciado el 14 de marzo.

Acostumbrado a los viajes y a una vida totalmente nómada, no es habitual que el longevo y veterano deportista del Proyecto FER esté en su domicilio. Sin embargo, curiosamente, el sábado 14 de marzo, la jornada en la que se proclamó el estado de alarma, Iván Pastor sí se encontraba en Santa Pola. En los planes diseñados a principios del año, el lunes 16 de marzo era la fecha señalada para desplazarse a Mallorca, escenario, en los primeros días de abril, de la Regata Princesa Sofía, el segundo y último de los eventos considerados como selectivos por la Federación Española para determinar el regatista español que competiría en la clase RS:X durante los Juegos de Tokio. “La declaración del estado de alarma lo paró todo. No obstante, desde muchos días antes, y con la evolución de los acontecimientos y de la crisis sanitaria, yo ya tenía muy claro que todo el calendario previsto iba a saltar por los aires”, comenta Pastor.

Desde ese momento, Iván, como tantos otros, tuvo que reinventarse. Tiró de ingenio para seguir con la actividad física en su casa. Y lo ha gestionado como buenamente ha podido. Porque el regatista alicantino no es de cuatro paredes. Pastor prefiere el aire libre, los espacios abiertos, los horizontes casi infinitos. “Justo lo que no he tenido durante los últimos 50 días. Y eso que puedo disfrutar de una amplia terraza en mi domicilio. Por ello, cuando el pasado 4 de mayo pude, de nuevo, volver a entrenar en el mar, casi se me saltan las lágrimas. Necesitaré un tiempo para recuperar la forma. No obstante, me comparo con otros deportistas de muy diversas modalidades, que se enfrentan a muchas incertidumbres, y me considero un auténtico afortunado”, explica el regatista de Santa Pola.

En lo puramente deportivo, Iván Pastor es uno de los pocos que aún pudo disputar un gran evento internacional antes de que el coronavirus lo colapsara todo. El alicantino afrontó, a finales de febrero, el Campeonato del Mundo de la clase RS:X en Australia. De un total de 70 participantes, Iván acabó en la 27ª plaza. Además, fue el segundo de los seis regatistas españoles presentes en el certamen mundialista. El segundo y definitivo torneo clave para la clasificación olímpica era la prestigiosa Regata Internacional Princesa Sofía de Mallorca. Iba a desarrollarse entre finales de marzo y principios de abril. Ya no dio tiempo.

En consecuencia, la Federación Española ha de volver a definir el calendario y los criterios que determinarán al regatista español de RS:X que viajará a Tokio durante el verano de 2021. El deportista FER espera noticias. “Hoy, de hecho, si no se hubiera desatado esta pandemia, estaría en Atenas para disputar el Campeonato de Europa. Es posible que se recupere en octubre, pero no lo sabemos”, comenta, no sin cierta resignación, Iván Pastor, sumido, como casi todos, en un mar de incógnitas. No obstante, el de Santa Pola, ya puede entrenar con cierta normalidad. Todo un privilegio.